Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 30 de junio de 2025


El recomendar á los terapeutistas de la escuela hahnemanniana el que armonicen el medicamento, no solo con los síntomas del físico, sino tambien con los del moral, no es una cosa insignificante y de poca importancia: esta recomendacion se enlaza muy bien con la necesidad en que se halla el práctico de formarse la idea mas justa posible de la constitucion que el medicamento tiene tendencia á favorecer ó provocar, por la série de modificaciones que imprime al organismo.

Tragomer le encontró tal como le había dejado, con el mismo aspecto frío y seguro y el mismo modo de hablar preciso y reservado, y trató de buscar quién le diese noticias acerca de su hombre, sin despertar la curiosidad ni provocar una indiscreción.

Paco era de mediana estatura y cogido del brazo de su amigo parecía bajo, porque Mesía era más alto que el buen mozo de Pernueces. ¿A dónde vamos? preguntó Vegallana, queriendo provocar así la confidencia que esperaba. Don Álvaro se encogió de hombros. Puede ser que esté ella en mi casa. ¿Quién? Anita. ¡Bah! Don Álvaro sonrió, mirando con cariño paternal a Paco.

De pronto advirtió que Julio le miraba con una atención reconcentrada. En ese momento refería la extraña conducta de Adriana, sus apasionadas cartas de amor y la indiferencia burlona con que le recibía luego. ¿Te figuras, prosiguió con la voz alterada, poniendo una mano sobre el brazo de Julio, te figuras la desesperación que debe provocar semejante criatura?

La vieja se plantó en el cobertizo con los brazos en jarras, echando adelante el flácido vientre abultado por los zagalejos, fijando su pupila única, inflamada por la cólera, en aquel intruso que venía a provocar a un hombre de bien en medio de su trabajo. Miraba a Jaime con la fiera acometividad de la mujer que, segura del respeto que infunde su sexo, es más audaz e impetuosa que el hombre.

Se veía, pues, la intención de zaherir y de ridiculizar directamente al Gobierno filipino para provocar la lucha, siendo de notar que este acto, ya no era de la soldadesca, sino del mismo General Otis, á cuya política imperialista no convenía la llegada de la Comisión civil; y mucho menos, que encontrara á Filipinas en estado de paz, porque era evidente para dicho General como, para todo el mundo, que los filipinos se hubieran entendido y arreglado amistosamente con la citada Comisión, si hubiera ésta llegado y alcanzado el estado de paz.

En el aturdimiento de su gloria había olvidado que los de la banda estaban furiosos contra Ojeda, y a última hora, con la insolencia que da el vino, eran capaces de provocar una escena violenta. Hasta mañana; le contaré lo que ocurra... No tema que esta noche vaya, como las otras, a golpear el camarote misterioso. Eso se acabó... Por cierto que el hombre lúgubre no se ha dejado ver en todo el día.

Palabra del Dia

chapuzones

Otros Mirando