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Actualizado: 16 de junio de 2025


Ninguna cosa en el mundo puede tener solución feliz y aquel matrimonio que él había acariciado durante algunos años, aquel sueño de amor acompañado de los ricos presentes de la fortuna estaba a punto de disiparse también como todo. La pérfida voluntad que rige el universo nos hace ver la felicidad a algunos pasos de distancia sin permitirnos jamás llegar a ella.

, señora. También yo les traté mucho. Eran amigos de mi casa, y les tengo muy presentes en mi memoria... Me parece que les estoy viendo con sus levitas negras de corte antiguo... Así, así. Sus corbatines de suela, y aquellos sombreros de copa que parecían la torre de Santa María...».

Sobre todo, lo que ella más saboreaba, y lo que tenía por más seguro, era la envidia. La envidiaban, no sólo las pobres, las que no podían permitirse el gasto que significaban aquellos diamantes y aquel vestido, sino también las dos o tres ricachonas presentes, que hubieran podido, sin hacer un disparate, presentarse aquella misma noche con algo tan bueno y todavía mejor.

Por algo a modo de violenta reacción espiritual, hay momentos en que para no estar abatidos nos ensoberbecemos más de lo justo, ponderamos el mérito de nuestros hombres y de nuestras cosas de los tiempos pasados, y hasta llegamos a hacer la apoteosis, o al menos los más superlativos encomios, ya de esto, ya de aquello de los tiempos presentes.

Vivian sin tener confianza en las leyes presentes, i temerosos siempre de las futuras; porque todas se ordenaban con el propósito de hacerles mas bajo i miserable su estado. Hablar con una persona, no reputada por verdadero cristiano, les traia la pérdida de su libertad i una perpétua esclavitud.

1 Entonces Pablo, poniendo los ojos en el concilio, dice: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he conversado delante de Dios hasta el día de hoy. 2 El príncipe de los sacerdotes, Ananías, mandó entonces a los que estaban delante de él, que le hiriesen en la boca. 4 Y los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios maldices?

Dejando a un lado el testimonio de los presentes en aquella escena, a nosotros nos consta que antes de admitir al señor de Bragas a la gracia soberana, se le exigieron pruebas de que su adhesión no era una mentira.

Empero al Padre José del Castillo, léjos de ceder á tanta resistencia, se determinó á entrar el solo en Moxos, en el año de 1674, y empezó por hacer cuantiosos presentes á sus habitantes, prometiéndoles muchos mas si consentian en ir á buscar junto con él algunos otros religiosos.

A los forasteros huéspedes nos trataba con mucha dulzura; porque «la hospitalidad decía fué don particular de los pueblos antiguos, y debe ser practicada por los presentes para enseñanza de los venideros».

En tanto que su imaginación sobreexcitada la miraba regresar así al antiguo hechizo inquietante, no se preguntó una vez siquiera si era un bien o un mal su casamiento con ella. Por el contrario, perdido en las presentes conjeturas, experimentaba la inconfesable satisfacción de que este matrimonio era ya, de todos modos, un hecho consumado.

Palabra del Dia

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