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Actualizado: 25 de octubre de 2025
Allí se verá casi todos los instrumentos pastorales. ¿Qué son albogues -preguntó Sancho-, que ni los he oído nombrar, ni los he visto en toda mi vida?
Todos los del bagel se entretenian, Unos glosando pies dificultosos, Otros cantaban, otros componian. Otros de los tenidos por curiosos Referian sonetos, muchos hechos A diferentes casos amorosos. Otros alfeñicados y deshechos En puro azucar, con la voz süave, De su melifluidad muy satisfechos, En tono blando, sosegado y grave, Eglogas pastorales recitaban, En quien la gala y la agudeza cabe.
No de otra manera que un padre octogenario entre sus hijos, todos atentos á prolongar y dulcificar con esquisitos cuidados sus últimos dias, se nos representa en la imaginacion el digno anciano que regía la iglesia de Córdoba por los años de 1621, cuando para no privarle de asistir á las grandes solemnidades de la catedral, y no privarse ellos de su amada presencia, modificaban los prebendados en su obsequio las inflexibles prescripciones de ritual y de costumbre, y para que pudiese oir con mas facilidad la palabra divina le aderezaban en desusado lugar, en medio de las barandillas, un cómodo asiento junto al altar mayor provisional, y allí le asistian los dos presidentes del cabildo esmerándose en hacer fáciles y agradables los postreros actos pastorales de aquella vida próxima á estinguirse. ¡Con cuánto anhelo esperaba la terminacion de aquel suntuoso retablo junto al cual habia de ser sepultado!
Pero lentamente, mis amigos; no como un condenado, que empieza con la «Balsa de la Medusa» y acaba con los «Monjes» de Lesueur y sale del Museo con la retina fatigada, sin saber a punto fijo si el Españoleto pintaba Vírgenes; Murillo, batallas; Rafael, paisajes, o Miguel Ángel, pastorales. Dulce, suavemente; ¿te gusta un cuadro?
Así, por ejemplo, cuando tengo la imaginación encantada por mil ensueños pastorales que me han mecido en el curso de mi paseo, yo encamino mi pensamiento bajo las tiendas de los patriarcas, o entre los segadores de Belem, y asisto con la imaginación a las bodas de Ruth. En cambio ha disminuido mi entusiasmo por Osián y aun por Shakespeare.
Los obispos protestaron, hablando en pastorales y cartas de «las persecuciones de la pobre Iglesia, saqueada en sus bienes, ultrajada en sus ministros y atropellada en sus inmunidades»; pero el país despertó, gozando el único período próspero que se conoce en los tiempos modernos antes de la desamortización. Europa estaba regida entonces por reyes filósofos y Carlos III era uno de ellos.
Las pastorales, sinodales, bulas y demás entretenidas cosas que el libro traía, fueron el único remedio de su soledad triste, y lo mejor del caso es que llegó a tomar el gusto a manjar tan desabrido, y algunos párrafos se los echaba al coleto dos veces, masticando las palabras con una sonrisa, que a cualquier observador mal enterado le habría hecho creer que el tomazo era de Paul de Kock.
Acaso el tomo cayera en manos de un hombre zafio y rudo. ¡Vaya usted a saber si un escribano, un comerciante, un militarote, tendrán sensibilidad para apreciar la candorosa impaciencia de Cloe en Las Pastorales, de Longo, o la exquisita voluptuosidad que hace palpitar el corazón de la Sulamita en el divino Cantar de los Cantares!
Palabra del Dia
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