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Actualizado: 15 de julio de 2025


Pero no es la panacea de todas las afecciones por accesos ni de todas las fiebres intermitentes; no es un febrífugo universal, y por consiguiente, los casos que reclaman su uso están limitados á los que tienen analogía con sus síntomas. Su accion fisiológica presenta tres estadios bien distintos, mas claros que en cualquier otro medicamento.

Doña Lupe y Fortunata se miraron con tristeza. «Bueno dijo la tía, viendo que le venía encima una nube . Tranquilízate, escribirás la fórmula, harás tu panacea, tendrá un gran éxito y ganaremos mucho dinero».

Qué, ¿te ha caído la lotería? No es eso... ¿Para qué quiero yo loterías? Ni falta... Es mucho más que eso, porque he encontrado lo que buscaba. Ya le dije a usted que estaba pensando, que sólo me faltaba una fórmula para completar... ¡La combinación!... Pues qué, ¿has encontrado la panacea? expresó la tía con incredulidad.

Lo que a me desagrada, o más bien me asusta, no son las mismas recetas, ya pronunciadas, ya escritas, en la tribuna, en el teatro, en los periódicos o en gruesos volúmenes, sino que la gente se apasione de lo que las recetas prescriben, mire en ello la más excelente panacea y se empeñe en aplicársela a la patria enferma, turbando el reposo de que necesita más que de nada para convalecer y recobrar la salud y el vigor antiguos.

Si inventas algo, que sea panacea, una cosa que lo cure todo, absolutamente todo, y que se pueda vender en líquido, en píldoras, pastillas, cápsulas, jarabe, emplasto y en cigarros aspiradores. Pero hombre, en tantísima droga como tenéis ¿no hay tres o cuatro que bien combinadas sirvan para todos los enfermos? Es un dolor que teniendo la fortuna tan a la mano, no se la coja.

Y lo cierto era que si en el cuerpo no se notaban cosa mayor los milagros de la panacea que con tanto afán solicitaba el enfermo, los hacía en su espíritu muy considerables.

España está decadente y enferma, y es menester curarla y regenerarla. Para tan buen fin cada orador propone y ofrece medicamentos que juzga infalibles: la patriótica panacea que a fuerza de cavilar ha descubierto. El discurso pronunciado por doña Emilia Pardo Bazán en los Juegos florales de Orense, tiene este carácter medicinal y regenerador.

Pocas palabras hay tan buenas, tan útiles en el día, tan en boga; pocas palabras buenas que puedan tan fácilmente convertirse en buenas palabras. ¿A qué nos contesta usted con el por ahora? Es la espada de Alejandro, que corta todo nudo gordiano; es la panacea universal que templa todos los dolores. Buena jornada habíamos echado, si no pudiéramos contestar a todo: por ahora.

Palabra del Dia

gallardísimo

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