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Actualizado: 27 de mayo de 2025


Aquella noche quemó y abrasó el ama cuantos libros había en el corral y en toda la casa, y tales debieron de arder que merecían guardarse en perpetuos archivos; mas no lo permitió su suerte y la pereza del escrutiñador; y así, se cumplió el refrán en ellos de que pagan a las veces justos por pecadores.

Nunca, pues, la rebelión ha sido menos justificada que en el día por motivos políticos. ¿Lo será acaso por motivos económicos? Menos aún. Los cubanos no pagan tanta contribución como nosotros. Apenas pagan contribución territorial. Pagan en las aduanas.

En fin, a las doce, que era a la hora que solía hablar con ella, llegué a la puerta; y emparejando, cierra uno de los que me aguardaban por don Diego, con un garrote conmigo, y dame dos palos en las piernas y derríbame en el suelo; y llega el otro, y dame un trasquilón de oreja a oreja y quítanme la capa, y déjanme en el suelo, diciendo: ¡Así pagan los pícaros embustidores mal nacidos!

967 No repetiré las quejas de lo que se sufre allá: son cosas muy dichas ya y hasta olvidadas, de viejas. 968 Siempre el mesmo trabajar, siempre el mesmo sacrificio, es siempre el mesmo servicio, y el mesmo nunca pagar. 969 Siempre cubiertos de harapos, siempre desnudos y pobres, nunca le pagan un cobre ni le dan jamás un trapo.

Pagan tan pocos tributos que viven holgando. Venden bien y mucho las obras y las manos. Nadie los fuerza á llevar cargas ni á trabajar. Viven bajo la jurisdicción de sus antiguos señores, y si éstos faltan, los indios se eligen señor nuevo y el rey de España confirma la elección.

Pocos momentos después llegaron las mulas para mi coche, y pregunté a los mozos de postas si conocían a los viajeros que me precedían. »No, señora repuso uno de ellos; pero son ricos y me pagan bien: deben de ser marido y mujer. »O alguna cosa de otro género agregó con una maligna sonrisa otro mozo de mulas. »¿Por qué cree usted tal cosa?

Pero ella no quiso reconocer que se había engañado, o lo reconocía únicamente en su interior, y, pensando que los engaños se pagan, que hay que sufrir las consecuencias del error, aceptó el martirio. ¿Podría usted precisar en qué consistió ese mal trato? ¿Quién podría referirlo punto por punto? Todos sus actos, todas sus palabras envolvían una ofensa, un agravio.

Hoy se pagan los barcos como si fuesen de oro. Ulises levantó los hombros. No pensaba en el dinero: ¿de qué podía servirle?... El resto de su vida deseaba pasarlo en el mar, dando ayuda á los enemigos de sus enemigos. Tenía una venganza que cumplir; viviendo en tierra abandonaba esta venganza y sentiría con más intensidad el recuerdo de su hijo. El segundo calló unos instantes.

Cortado este vicio, se dedicarían á la labranza, en atención á que solo les falta el tiempo que invierten en el juego; carabaos y tierra les sobra. Las vacas que se crían en la jurisdicción de Catanauan son de las más grandes que hay en Filipinas. Lo mismo que en Catanauan acaece en Mulanay, pueblo de 200 vecinos, que viven con el producto de la brea, con la que pagan el tributo.

Las aves del paraíso son muy solicitadas, lo mismo por los chinos, que las quieren para adornar sus estancias, que por los europeos, que las venden a los grandes museos o a los negociantes en plumas de lujo. Los chinos, y sobre todo los malayos, vienen a adquirirlas a Nueva Guinea o a las islas Arrú, pues no se crían en otros sitios, y las pagan muy bien.

Palabra del Dia

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