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Actualizado: 23 de mayo de 2025


Respondiole el patán con la osadía y la necedad de su ignorancia que a su juicio estaba en verdad muy grave; pero con el auxilio de las hierbas que traía ex profeso había triunfado no pocas veces en casos más extremos aún que aquél.

Admirado quedó el canónigo de los concertados disparates que don Quijote había dicho, del modo con que había pintado la aventura del Caballero del Lago, de la impresión que en él habían hecho las pensadas mentiras de los libros que había leído; y, finalmente, le admiraba la necedad de Sancho, que con tanto ahínco deseaba alcanzar el condado que su amo le había prometido.

Basta con ir a casa de Magdalena y reparar lo mejor que puedas una necedad que cometí ayer presentándome en un lugar público en el que estaban ella y Julia con mi tío. No iba solo yo... Es muy posible que me hayan visto, porque Julia tiene unos ojos que me encontrarían en donde no estuviera. Te agradecería que te aseguraras del hecho interrogando hábilmente a una y a otra.

Es una necedad, una... lucubración contraria a los grandes principios. ¿Tienes satisfechas tus necesidades? . ¿Tienes hambre? No. ¿Estás vestido? . Pues eres tan rico como el duque A o el conde B, o quizá más».

Tenía la convicción de que aquello era nuevo. ¿Estaría malo? ¿Serían los nervios? Somoza le diría de fijo que ». «De todas maneras, había sido una necedad, y tal vez una grosería, haber desairado a aquellas señoras. ¿Qué estarían diciendo de él en el Vivero?».

Miróle Diógenes un momento de hito en hito, pensando sin duda que más presto se conoce la necedad o el talento de un hombre por sus preguntas que por sus respuestas, y díjole al cabo: ¡Ya lo creo!... Ven acá... Y llevándole frente a un espejo, y cogiéndole con una mano por el cogote, diole con la otra una gran palmada en la cabeza, añadiendo muy serio: Aquí tienes a la madre...

Ni siquiera suelen ganarse con la virtud la fama y el respeto de los hombres, porque es difícil de averiguar si el virtuoso lo es por firmeza y rectitud de alma o por apocamiento, necedad o cobardía; y los hombres, como no sea la virtud muy manifiesta, procuramos siempre atribuirla a dichas calidades negativas.

«Vas á cometer una necedad enorme... ¡Atención!... Buscas complicar tu existencia...» Era el antiguo Lubimoff el que hablaba en su interior; el Lubimoff recién llegado de París para refugiarse en su Arca, lejos de todos los afectos vanos que forman la felicidad de la mayoría de los hombres; el áspero maestro de «los enemigos de la mujer». La voz ronca y plañidera no levantó ningún eco.

Y pagar yo porque me digan lo que , sería una gran necedad; pero, pues sabe las cosas presentes, he aquí mis dos reales, y dígame el señor monísimo qué hace ahora mi mujer Teresa Panza, y en qué se entretiene. No quiso tomar maese Pedro el dinero, diciendo: -No quiero recebir adelantados los premios, sin que hayan precedido los servicios.

No puede haber sofisma mas falaz, porque siendo clarísimas las causas de la decadencia del Imperio de Roma, y no habiéndolas disimulado algunos de sus historiadores, era necedad buscar por causa de aquellas calamidades á la Religion Christiana.

Palabra del Dia

hociquea

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