Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de julio de 2025
»¡Qué horas las de aquella noche, Dios mío! ¡Y yo que, muy pocas antes, esperaba encontrar en ellas los más regalados sueños de mi vida! »¡Que pesara..., que midiera!... Y ¿en qué otra cosa que en pesar y en medir lo que mi madre quería, podía yo emplear aquellos siglos de tinieblas en la tortura de mi lecho?
El hombre, sea cualquiera su raza, ha empezado á contar siguiendo el mismo procedimiento: comparando la cantidad, el número que deseaba expresar, con cosas conocidas en las cuales, la forma ó sus divisiones naturales servian, por ser punto de coincidencia único entre ambos, para fijar la atención y señalar la cantidad: lo mismo se hizo para medir.
5 Y he aquí, un muro fuera de la Casa; y la caña de medir que aquel varón tenía en la mano, era de seis codos, de a codo y palmo; y midió la anchura del edificio de una caña, y la altura, de otra caña. 6 Después vino a la puerta que daba cara hacia el oriente, y subió por sus gradas, y midió él un poste de la puerta, de una caña en anchura, y el otro poste, de otra caña en ancho.
1108 y la razón no te asombre, pues es fácil presumir: Dios no tenía que medir sino la vida del hombre. EL MORENO 1109 si no falla su saber por vencedor lo confieso; debe aprender todo eso quien a cantar se dedique; y aura quiero que me esplique la que significa el peso.
Así es que se ha considerado suficiente medir una parte del meridiano, lo que se llama un grado, que es, como lo enseña la geometría, la 360ª parte de toda circunferencia. Una vez conocida la longitud del grado, se deduce de ese dato, por medio de una sencilla multiplicación, la de la circunferencia entera, y, por tanto, del meridiano. Tomemos un ejemplo.
Los resultados los anotaba todos los días en el cuaderno de bitácora. Yo solía ayudarle muchas veces a echar el cordel de la corredera, y luego a medir. Tenía una corredera antigua. En general, lo que usaba el capitán, el barómetro, los cronómetros, las cartas de derrota, todo era viejo. En su camarote tenía un reloj de arena; lo prefería por seguro y por silencioso. Zaldumbide odiaba lo nuevo.
Y Caragòl, presintiendo en esto un elogio, contestaba gravemente: «Así es, mi capitán.» Tòni y los otros oficiales masticaban con la cabeza baja, interrumpiéndose únicamente para lamentar que el viejo se hubiese quedado corto al medir la ambrosía. El aceite era para él tan precioso como el arroz.
Esa no es la casa de Dios, porque ese Dios es la sombra augusta del universo, el augusto arcano de la vida, el portento que ninguna mente puede explicar, el abismo que ninguna sonda puede medir, y aquel festín griego, aquellas bodas, aquella alegría, no trae á mi imaginacion la idea del abismo, del portento, del arcano, de la sombra, de aquellas tinieblas sublimes; no trae á mi pensamiento la idea de Dios, el rumor vago, indefinible, poético y armonioso del espíritu universal.
Por consiguiente esta verdad es alguna cosa espiritual, en otros términos es Dios, el Dios que confesamos nosotros los cristianos; sobre esta verdad debemos medir la verdad humana, pues que la verdad humana es aquella cuyos elementos hemos ordenado nosotros mismos, aquello que contenemos en nosotros y que por medio de ciertos postulados podemos prolongar y seguir hasta lo infinito.
Poco acostumbrada, en su largo aislamiento y estado de segregación de la sociedad, á medir sus ideas de lo justo ó de lo injusto según el rasero común, Ester vió, ó creyó ver, que había en ella una responsabilidad respecto á Dimmesdale, superior á la que tenía para con el mundo entero. Los lazos que á este último la ligaron, cualquiera que hubiese sido su naturaleza, estaban todos destruídos.
Palabra del Dia
Otros Mirando