Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de junio de 2025


Luchaban al destaparse las mujeres con las mangas de la camisola o de la gruesa elástica, y en este forcejeo se les abría el pecho, mostrando escapularios y medallas sobre las flacideces de la maternidad.

La maternidad no era una abdicación ni una decadencia; podía continuar bella y deseada como las otras, después de un incidente que había creído irremediable.

Ya se sabe que la Delfina, no pudiendo adoptar al Pituso y tomarlo por hijo, y sintiendo más fuerte e imperioso en su alma el anhelo de la maternidad, dio en proteger a la preciosísima y cariñosa hija de Mauricia la Dura. Para Jacinta no había goce más grande y puro que acariciar un pequeñuelo, darle calor y comunicarle aquel sentimiento de bondad que se desbordaba de su alma.

Deseaba ardientemente tener hijos, por dos motivos: primero, para echarle a su cara mitad un lazo más y ligaduras nuevas; segundo, para que la maternidad desgastase un poco aquella hermosura espléndida que cada día deslumbraba más.

La señora Gillespie, mamá de todos ellos, estaba más bella que nunca, con ese esplendor de verano hermoso que proporciona la maternidad y un aterciopelamiento azucarado de fruto en plena sazón. Pero de pronto su fantasía optimista se estremeció, dando un salto atrás. Acababa de ver á alguien que había olvidado.

No poder conocer la amistad reposada, la maternidad tranquila. ¡Siempre el amor saliéndome al paso!... Yo, que en mi juventud consideré como única finalidad de la vida inspirar admiración y deseo, bien castigada estoy... Busqué en ti el apoyo del amigo, y me deseaste en seguida.

No, no es eso, tía Liette; pero, francamente, me sería desagradable el ir a una casa donde no estás invitada... Tienes todas las delicadezas, hijo mío; pero yo no soy tu madre... Eres más todavía... No es lo mismo. Sólo la maternidad crea un lazo indisoluble y sagrado; el nuestro se puede desatar por mutuo consentimiento, sin indiferencia por mi parte ni ingratitud por la tuya.

Aquella doble maternidad fue la recompensa de su vida. La prueba de un alma. Durante el verano de 188... la concurrencia de bañistas fue en Saludes mayor que nunca: desde la fundación del balneario no se había visto allí tanta gente, ni tan lucida y bulliciosa.

Pero este hijo, por cierta circunstancia que debo callar, no deja satisfechas las aspiraciones de su padre, y hay quien espera que por último repudiará su esposa. Puede decirse que la maternidad, ese bautismo santo, esa hora divina de la mujer, vino á vengar en una esposa y en una madre el desafuero perpetrado en una madre y en unos hijos.

Otras se quedaba embelesada mirándola con dulce e inefable sonrisa, y entonces Julián recordaba siempre las imágenes de la Virgen Madre, atónita de su milagrosa maternidad. Mas los instantes de amor tranquilo eran breves, y continuos los de sobresalto y dolorosa ternura. No consentía a Perucho acercarse por allí.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando