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Actualizado: 6 de junio de 2025
Nada hay que se asemeje tanto á la transformación continuada de nuestra sangre, venosa y arterial. El aspecto del globo es al parecer, mucho más comprensible, si se clasifican las regiones, no por cordilleras, sino por cuencas marítimas.
Geográficamente, la primera de esas divisiones es bastante inferior á la otra; topográficamente, las Andalucías, apesar de la ventaja comercial de sus costas marítimas, tienen una gran desventaja respecto de Nueva Castilla y Estremadura. En esta región el suelo es mucho mas igual, espontáneo, asombrosamente fértil y propio para variadas y muy valiosas producciones.
En las cartas marítimas se le da el nombre de Lesno, pero los naturales lo señalan con la denominación del Diablo, efecto sin duda de lo arriesgado que es el doblarlo en la monzón del Noroeste, en la que la navegación del Estrecho de San Bernardino es sumamente peligrosa; y tanto es así, que en los meses que reina, las casas aseguradoras no aceptan riesgo alguno para el puerto de Legaspi.
Llegaron los nuestros á la ciudad de Ania, y de allí tomaron el camino hasta la boca del estrecho por todas aquellas Provincias marítimas, navegando siempre la armada al paso que ellos marchaban por tierra. Con esta órden llegaron al Cabo que está en el estrecho, en frente de Galípoli, que Montaner llama Boca de Aner.
Además, en la popa estaba el cañón, resguardado por una caperuza de lona, pronto á entrar en funciones. Vió casi realizados los ensueños de su niñez, cuando devoraba historias de corsarios y novelas de aventuras marítimas. Le era lícito titularse capitán «de mar y guerra», como los antiguos navegantes.
Me hubiera gustado ser hijo de pescador, para corretear por las escolleras y jugar en los lanchones y gabarras. Mi tía Úrsula, además de su biblioteca, formada por folletines ilustrados franceses, y de sus libros de aventuras marítimas, tenía otro fondo de donde ir sacando los relatos emocionantes que a mí tanto me cautivaban.
Había servido en la marina de guerra más de cuarenta años, gozando siempre opinión de oficial bravo y pundonoroso, pero al mismo tiempo de una severidad que rayaba en barbarie. Cuando ya ningún comandante de buque se acordaba de nuestras antiguas ordenanzas marítimas, don Melchor se empeñaba en ponerlas en práctica y en todo su rigor.
Con la entrada del invierno vuelven los nuestros á las Provincias marítimas. Rebelanse los de Magnesia, poneles sitio Roger, pero llamado de Andronico, le levanta, y llega á la boca del estrecho con todo el ejercito. Detuviéronse ocho dias en el lugar de la victoria, y fueron pocos para recoger la presa.
Beránger, Ministro de Marina, bajo cuya dirección se verificaron aquéllas, y á cuyas acertadas disposiciones se debió que, á pesar del número y porte de los buques que en el festejo tomaron parte no ocurriesen ni las averías ni los abordajes que tan comunes son en esta clase de funciones marítimas, siendo quizás esta la primera en que no se han registrado.
Nada mas triste que esas llanuras marítimas regadas por el bajo Guadalquivir, en todo el trayecto que se extiende desde la bifurcación que produce la «Isla mayor» hasta San-Lúcar. Es un mar de gramíneas medio anegadas limitado por el océano mismo.
Palabra del Dia
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