United States or Western Sahara ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Su marido!... ¡Jesús, y qué risa tan grande y tan guasona le entró entonces a Angelito Castropardo!... Pero ¿de dónde diablos había sacado aquella criatura la peregrina idea de que fuese aquel un matrimonio?... ¡Como reñían de ese modo!... dijo, muy apurada, Lucy.

Paco Vélez salió por el otro lado del escondite con las manos en los bolsillos, coloradas las orejas y mordiéndose los labios, y se detuvo a examinar, con aire de inteligente, una bellísima lámpara de cobre repujado que sobre una columna salomónica hacía pendant con el caballete. Lucy, que no conocía a la Valdivieso, preguntó muy bajito a su maestro Castropardo, si aquel otro señor era su marido.

La señora Lucy Mers ha venido en limosina con su amiga y directora de riqueza, la condesa Rabat, a visitar la instalación modelo de la señora Maschine, en la calle de Castiglione. Hace cuatro años, la señora Lucy estaba encargada de la sección de niños en las Galerías Roosevelt.

LUCY. ¡Comprendido...! ¿Adónde vamos ahora...? LA SE

LUCY. ¡Pero yo no veo mesa alguna en este comedor...!

LUCY. ¿Qué...? Pero ¿se come ahí dentro...? ¡Si parece un tocador...!

Yo, muerta, Lucy, muerta debajo del asiento, sin resollar siquiera, y ¡prurrruumm! arriba, ¡prurrruumm! abajo; hora y media de tiritos... De pronto, se abre la ventanilla, entra una mano, me arranca una oreja y se va... ¡Qué atrocidad! exclamaron todos. Y Gorito Sardona, con su guasona formalidad, añadió: ¿Pensarían hacer una chuleta?...

La señora Lucy comprendió en seguida los deberes que le imponía su condición de esposa legítima de un notable comerciante, y se procuró la competencia de la condesa Rabat, que no está en la primera juventud; pero que se arruinó a fuerza de proteger las letras y las artes y de subvencionar a los artistas. En el vestíbulo, la condesa da las últimas instrucciones a su discípula.

misma no te das cuenta de ello; no sabes explicártelo, pero tu ser corresponde al mío como los cuerpos químicos de que te hablaba. Yo te amo también, como en otros tiempos amé a la pobre Lucy. El amor único y eterno es mentirosa invención de los poetas, de la que se burlan con frecuencia los hechos. Puede amarse a varias personas con igual entusiasmo. Lo indispensable es que exista la afinidad.

A los ocho años de esta vida, la amiga de Gabriel murió tísica. Estaban en Italia. Luna, al verse solo, se dio cuenta por primera vez del dulce apoyo que le había prestado la compañera de su vida. Olvidó sus entusiasmos revolucionarios para llorar a Lucy, lamentándose del vacío que dejaba en su existencia.