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Por último, dictó una ley en la cual se mandaba repartir los bienes nacionales con justa regla y proporcion entre sus compañeros de armas; y, despues de ordenar á Zaraza y á Monágas que cubriesen con su caballeria el primero las llanuras de Carácas y el segundo las de Barcelona, el Libertador remontó el Orinoco con todas sus fuerzas, yendo á reunirse al ejército que mandaba Paez en el Apure, lo cual realizó por Enero de 1818.

En esas cartas no veo lo que tal vez podrían haber visto otros: una prueba contra la virtud de vuestra majestad; no, yo no veo eso; conozco demasiado á vuestra majestad para que pueda dudar ni un solo momento de su virtud. Veo una conspiración. ¡Ah! ¡ves una conspiración! , por cierto, y una conspiración justa, y más que justa necesaria contra el duque de Lerma.

Llegó á Babilonia el dia que para acertar las adivinanzas, y responder á las preguntas del sumo mago, estaban ya reunidos en el principal atrio del palacio todos quantos habian combatido en el palenque; y habian llegado todos los mantenedores de la justa, ménos el de las armas verdes.

Roger aunque le falta de estos dos Capitanes le pudiera con justa causa detener, por ser una de las mas principales partes de su ejercito, determinó partirse, y embarcó su gente el dia que tenía aplazado.

Para Justa y Luis el decoro era la mitad de la vida: estaban persuadidos de que el error y el pecado son inherentes a la naturaleza humana, y de que la disculpa y el perdón forman la gloria principal con que el bueno se aventaja al malo; pero con el escándalo no transigían nunca.

Doña Justa y su esposo averiguaron enseguida que el enamorado de Soledad era de buena familia y que estaba bien, es decir, lo referente a su origen y fortuna; pero de sus ideas, sus gustos, sentimientos y costumbres, de lo que más puede influir en el porvenir de una mujer, nada inquirieron, ni pararon mientes en ello.

El bondadoso M. Dormeuil reparó mejor. Es cierto dijo. ¡Oh! Usted triunfará pronto. En usted esas cejas constituyen una originalidad y un contraste más. La observación es justa. Como Derval, otros muchos actores han acelerado la hora de sus éxitos, merced á la expresión sugestiva de sus facciones.

De la ventana central proyectaba una larga barra á manera de asta, de cuya punta pendía enorme rama seca, señal cierta de que el sediento viajero hallaría en la venta toda clase de bebidas, y en especial la dorada cerveza y el buen vino que tanto contribuían á la justa fama del establecimiento.

¿Qué cosa más natural que advertirme de ello cuando entré en el hotel? ¿Qué cosa más justa y más sencilla que decirme: «paga usted siete francos por la habitacion y uno por el servicio?» ¿Y si yo no hubiera tenido más que los siete francos, único compromiso que contraje?

La condesa daba un grito y después se echaba á reír mientras él la contemplaba de hito en hito á distancia respetable, un poco asustado de lo que había hecho. Verdad que la condesa le pagaba su afición prodigándole grandes cuidados culinarios y librándole en no pocas ocasiones de la justa cólera de su dueño. Y basta de noticia biográfica.