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Actualizado: 7 de julio de 2025
Las dos primeras jornadas caen, como resulta del mismo drama, en julio de 1578, y la tercera en la noche anterior al embarque del rey Don Sebastián de Portugal hacia el Africa, del 23 al 24 del mismo mes.
Si Filipinas tuviera una verdadera historia, se vería hasta qué punto fueron los frailes españoles en las memorables jornadas en que el invicto Simón de Anda dejó la toga por el talabardo, oponiendo la fuerza á la fuerza, la espada á la dominación, la argucia á la mayoría y el heroismo á la desigual lucha.
Dice que las comedias llegaron á un alto grado de perfección desde que se representaron en los teatros de Madrid su Trato de Argel, La destrucción de Numancia y La batalla naval, en las cuales redujo á tres las cinco jornadas que se usaron hasta entonces.
Madrid, 1882; un tomo, 5 pesetas en Madrid y 5,50 en provincias. Encuadernadas a la inglesa con una elegante plancha, 1,50 pesetas más. Poesías y fábulas: quinta edición. Contiene: Ternezas y flores. Ayes del alma. Un tomo, 8.º mayor, 4 y 4,50 pesetas. El drama universal: poema en ocho jornadas; primera edición de gran lujo, 8 y 9 pesetas. Idem; tercera edición, 3 y 3,50 pesetas.
EL «CRISTO ATADO A LA COLUMNA» DE LA GALERÍA NACIONAL DE LONDRES. «EL CRISTO CRUCIFICADO». «LA RENDICIÓN DE BREDA». «CUADROS DE CACERIAS». MARCHA VELÁZQUEZ CON EL REY A LAS JORNADAS DE ARAGÓN Y CATALU
Don Marcelo se fijó en la transformación general del uniforme de los franceses. Todos iban vestidos de azul grisáceo de cabeza á pies. Los pantalones de grana, los kepis rojos que había visto en las jornadas del Marne, ya no existían. Los hombres que transitaban por los caminos eran militares. Todos los vehículos, hasta las carretas de bueyes, iban guiados por un soldado.
Juan de la Cueva viene á decir, que el haberse mudado las leyes de la comedia, no proviene de que falte en España instrucción ni talento suficiente para seguir tan antigua senda; sino que, al contrario, los españoles intentaron ajustar esas reglas á las distintas necesidades de su época, y sacudieron la traba de encerrar tantos sucesos diversos en el espacio de un día, pues sin rebajar á los antiguos poetas, y á los griegos y romanos, sus imitadores, sin despreciar lo mucho bueno, que hicieron, se debe confesar sin embargo, que sus comedias son cansadas, y no tan interesantes é ingeniosas como debieran; y de aquí, que cuando se aumentaron los talentos, mejoraron las artes, y se imprimió en todo más vasta forma, se abandonó también el antiguo estilo, prefiriéndole otro nuevo y más adecuado á su época, como hizo Juan de Malara en sus tragedias, separándose algo del rigorismo de las antiguas reglas, aunque no falten quienes sostengan que el mismo La Cueva traspasó los límites de la comedia, ofreciendo juntos en el teatro reyes, dioses y viles personajes, suprimiendo un acto de los cinco, y convirtiéndolos en jornadas.
Sentíase ya en nuestro campo gran falta de vituallas, porque diez jornadas al contorno de Galípoli estaba todo talado y destruido, que los cinco años últimos de los siete que estuvieron en esta provincia, se mantuvieron de lo que la tierra sin cultivar producía, pues no llegaban á los árboles, y viñas sinó para quitarles el fruto.
La verdad del tiempo en que pasaron los turcos, la refiere claramente Montaner, que fué cuatro años después de esta jornada, y para tener esto por cierto no se halla dificultad ni imposibilidad alguna, como las hay, y muy grandes en lo que dice Nicephoro, y Zurita; y así en materia de los hechos de los Turcos solo seguiré á Montaner, porque le tengo por mas verdadero, y que intervino y asistió en todas estas jornadas.
A dos jornadas de camino dió dicha gente en una pequeña Ranchería de Guarayos de sesenta almas, que condujeron consigo al pueblo de San Juan Bautista, á donde llegaron sanos y salvos el Sábado Santo del mismo año.
Palabra del Dia
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