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Actualizado: 2 de junio de 2025
Cuando más contentos estaban los alzados, llegó un confidente, no se sabe de dónde, y manifestó á Ivonet que una columna de Infantería, al mando del comandante Sanguily, avanzaba á marchas forzadas sobre La Maya, y que sus exploradores estaban ya muy cerca del poblado.
Dos días consecutivos anduvo Ferreiro atravesando montes, durmiendo sobre yaguas en el suelo y pasando mil penalidades, hasta que al fin llegaron al campamento de Ivonet cerca del poblado de Yerba de Guinea.
¡Calculen ustedes lo hermosa que hubiera lucido la primera página de La Prensa, con títulos como estos: El tren Central atacado por Estenoz. Heróica defensa de los pasajeros. Nuestro querido compañero Fulanito de Tal, fué la estrella de la jornada, y á su buena puntería y control con hombres en bases se debió la victoria.... Ya no desembarcarán los americanos. Presentación de Ivonet.
De pronto empezó á arder el pueblo por los cuatro costados; los heroicos defensores, abrumados por el número tuvieron que retirarse; cesó la resistencia, y entonces, ¡oh, entonces! aquella masa de ochocientos foragidos que capitaneaba Ivonet en persona, entregose á las delicias del triunfo! La escena que se desarrolló en La Maya no es para descripta.
Por donde quiera que pasan Estenoz é Ivonet, siembran la alarma entre los negros que encuentran pues les dicen que el ejército viene siguiéndoles y mata á todos los negros que halla en su camino.
El que fungía de jefe le dijo que para que sus mulas le fueran devueltas era preciso una orden del "mayor general" Ivonet, sin cuyo requisito nada lograría Ferreiro, que es hombre tenaz, decidió seguir en busca de Ivonet, acompañado de la partida.
Por su parte, los viajeros negros, que saben lo de las garantías y no ignoran que se acercan también á la zona del peligro, declaran á voz en cuello que Estenoz é Ivonet son un par de sinvergüenzas. Se sale de Alto Cedro. ¡Qué momento! Se apagan las luces del tren. Los soldados de la escolta se forman en línea de batalla junto á las ventanillas; la locomotora marcha á paso de tortuga...
Afortunadamente para Cuba, los rebeldes occidentales no tardaron en desanimarse al observar que su jefe nato, el travieso Estenoz, en vez de ponerse al frente de los grupos habaneros y villareños como lo había prometido había tomado el prudente partido de sublevarse en las montañas orientales, proclamándose al mismo tiempo "Presidente de la República", es decir, asumiendo un cargo eminentemente civil, convirtiéndose, de hombre de acción en elemento pasivo y llegando á ser para Ivonet y los suyos una impedimenta inútil y peligrosa.
A un dependiente del establecimiento de Celedonio Gómez le dijo Ivonet las siguientes palabras: "Dile á Pablo Correoso, que lo estoy buscando para darle machete. Hoy ha sido La Maya; pronto les tocará á Songo y El Cristo".
Los elementos independientes de las Villas y Habana cumplieron al pie de la letra el compromiso adquirido; y al mismo tiempo que Lacoste, en Guantánamo, Ivonet en los alrededores de Santiago y Zapata, Pitillí y otros en distintos lugares de Oriente daban el grito de rebeldía, aparecieron pequeñas partidas en Sagua, Santo Domingo, Marianao, etc.
Palabra del Dia
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