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Actualizado: 11 de octubre de 2025
Los fugitivos volvieron después de algún tiempo á su pueblo, por las diligencias de los nuestros, que siempre tienen que trabajar aquí gloriosamente, por la innata barbarie de todas estas naciones, como se conocerá por lo referido.
Si Dios no conociera la negacion, sería porque la negacion fuera imposible en sí misma, lo que equivaldria á la imposibilidad de la existencia de lo finito; y conduciría á la necesidad absoluta y exclusiva de un ser infinito solo. Luego la idea de ente será innata. Examinemos esta cuestion.
Porque si nosotros regulasemos esta innata inclinacion que tenemos ácia nuestro bien y provecho, segun las reglas que prescribe el juicio, y le conformasemos con las máxîmas que enseña la doctrina de Jesu-Christo, no apeteciéramos sino lo que es verdaderamente bueno, y lo que en realidad puede conducir á nuestra conservacion; pero el caso es que estudiamos poco para moderarlo, y su desenfrenamiento nos ocasiona mil males.
Pero de todos modos, nunca hubo en su corazón crueldad bastante para poder ni aun despojar á una mariposa del polvo brillante de sus alas. No conozco á otro hombre en cuya innata bondad tanto pudiera yo confiar.
Hubo unos segundos de silencio. El hijo de Marte, apesar de su innata ferocidad, quedose un poco turbado. Al fin rompió a trompicones diciendo: Pero bien... esas relaciones... yo hace tiempo que la hago el oso... quisiera saber si es V. novio... ¡Ah! eso es otra cosa: para que yo sea novio de ella hay una pequeña dificultad; y es que soy su hermano.
No hay inconveniente en llamarla innata, si por esta palabra se significa una condicion sine qua non de todos nuestros actos intelectuales, y por consiguiente del ejercicio de nuestras facultades innatas.
Y es tan innata la aversión a esta gente en los Cristianos antiguos Mallorquines, aún de la plebe, que se han visto doncellas, que apesar de su horfandad y pobreza, han querido más pordiosear pobres y huérfanas, que escuchar partidos de muchas comodidades, que les ofrecían.
Salabert conocía esta innata tendencia que tiene la espina dorsal del hombre a doblarse y abusaba de ella. Muchos que vivían con independencia, no sólo le toleraban impertinencias que les hubieran parecido intolerables en algún amigo de la infancia, sino que apetecían y buscaban su trato.
Torquemada había sido alabardero en su mocedad, y conservando el bigote y perilla, que eran ya entrecanos, tenía un no sé qué de eclesiástico, debido sin duda a la mansedumbre afectada y dulzona, y a un cierto subir y bajar de párpados con que adulteraba su grosería innata. La cabeza se le inclinaba siempre al lado derecho.
El hombre que se siente abrumado bajo el peso de un grave secreto, debe evitar especialmente la intimidad de su médico; porque si éste se hallare dotado de natural sagacidad y de cierto no sé qué, á manera de intuición; si no demuestra vanidad importuna, ni cualidades características desagradables; si tiene la facultad innata de establecer tal afinidad entre su inteligencia y la de su paciente, que éste llegue á hablar, con llaneza y por descuido, lo que se imagina haber pensado solamente; si tales revelaciones se reciben en silencio, con una simple mirada de simpatía, ó á lo más con una que otra palabra en que se dé á entender que todo se ha comprendido; y si á estas cualidades necesarias á un confidente se unieren las ventajas que presta la circunstancia de ser médico, entonces, en un momento inevitable, el alma del paciente se abrirá descubriendo á la luz del día sus más ocultos misterios.
Palabra del Dia
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