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Actualizado: 1 de julio de 2025
27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac, y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a su impiedad, ni a su pecado; 28 para que no digan [los de] la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo el SE
35 Pasadas estas cosas, Josafat rey de Judá hizo amistad con Ocozías rey de Israel, el cual fue dado a la impiedad; 37 Entonces Eliezer hijo de Dodava de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, el SE
4 Y tomarás otra vez de ellos, y los echarás en mitad del fuego, y en el fuego los quemarás; de allí saldrá el fuego en toda la Casa de Israel. 6 Y ella mudó mis juicios y mis ordenanzas en impiedad más que los gentiles, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis juicios y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos.
12 para ser juntamente consolado con vosotros por la común fe, vuestra y mía. 14 A griegos y a bárbaros, a sabios y a no sabios soy deudor. 17 Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en fe. Como está escrito: Mas el justo vivirá por la fe. 18 Porque manifiesta es la ira de Dios del cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que detienen la verdad con injusticia;
15 Decimos, pues, ahora: que bienaventurados los soberbios, y aún que los que hacen impiedad son los prosperados. Los que tentaron a Dios, escaparon. 16 Entonces los que temen al SE
Aquel apóstata Ambrosio, que había sido la causa principal de esta impiedad, despachó luego algunos de sus cómplices á avisar de lo sucedido á la gente que iba á Nuestras Misiones de los Guaranís á alistarse en el número de los fieles.
Unos, como el Vara de plata, lo achacaban a la impiedad del tiempo; otros, como el músico, hacían responsable a la misma Religión, aunque no osaban decirlo en alta voz. El respeto a la Iglesia y sus altos poderes, aprendido desde la niñez, imponía silencio a la población de la catedral.
Llegó V. á alucinarme hasta el extremo de anhelar yo perderme por salvar á V. ¡Aquél sí que fué delirio! ¿Pues no llegué á soñar con que, cayendo yo, iba á ganar su alma de V. y á sacarla de la impiedad en que estaba sumida? ¿Pues no me desvanecí hasta el punto de creer que, incurriendo con V. en el pecado, había de levantarle y traerle luego conmigo en la purificación y en la penitencia? ¿De qué artificios no se vale el demonio para envolvernos en sus redes?
6 ¿No es antes el ayuno que yo escogí, desatar los líos de impiedad, deshacer los haces de opresión, y soltar libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? 7 Que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras; y no te escondas de tu hermano.
Ya no dijo más en todo el camino. Al fin, pareció amoscarse por la mirada irónica del doctor y los socarrones movimientos de cabeza con que acogía sus palabras. Reconocía en él un digno primo de Sánchez Morueta; pues el secretario, á pesar de su servilismo exterior, sentía cierta repugnancia por su principal, un hombre silencioso que, sin alardes de impiedad, vivía separado de la religión, pasando meses enteros sin oír una misa.
Palabra del Dia
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