Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de octubre de 2025


Su entusiasmo y alegría no tenían límites, y la lengua se le soltó de tal modo, que no cesó de hablar en todo el día, diciendo a su compañero y conductor: «Esto si que es delicioso, amiguito; esto que es vivir. ¡Bien te decía yo que aquí habíamos de encontrar la felicidad; bien me lo anunciaba el corazón!

»Al cabo de siete años de ausencia, nos volvíamos a encontrar reunidos en el castillo donde habíamos pasado nuestra juventud; en aquellos parajes, mudos testigos de nuestros placeres y de nuestra amistad, de nuestro juramento y de nuestros sueños: juramento que habíamos sostenido, sueños que se habían realizado de un modo que tenía algo de milagroso.

Estuvimos dos dias en él, tomando bastimentos, y reconociendo las canoas, porque habiamos de subir por el rio Paraná, 100 leguas; y despuesto todo, fuimos á Gingie, pueblo en que estuvimos cuatro dias, y que antes obedecia á los Cários, y era hasta donde se estendia el imperio del rey. El autor camina por tierra, dejando el rio Paraná, y lo que le sucedió en Tupí.

El mayordomo y su esposa creían, por cierto, que el objeto de nuestra rápida visita había sido registrar los efectos del muerto, y con la curiosidad natural de los sirvientes, ambos estaban deseosos de saber si habíamos descubierto algo de interés, aunque no podían interrogarnos directamente.

Hubo temores de que no pudiera llegar a Tablanca por sus pies, y se buscaron atajos para llegar cuanto antes. Cómo llegaron, al fin, Neluco y el enfermo, ya lo habíamos visto nosotros.

Salaverría, no he dado ninguna de sus señas personales ni he reproducido ningún párrafo suyo. Y si el Sr. Salaverría no hubiese dicho que los españoles habíamos adoptado la costumbre inglesa de ponerle una hache al te, ¿para qué iba a decir ahora que no lo había dicho? Al decir que no lo ha dicho, el Sr. Salaverría dice que lo ha dicho.

Si nosotros habíamos de gastar veinte, nos contentaremos con diez, partiré contigo lo que tenga..., es decir, ¿para qué hacer números ni cálculos?

Llegamos al piso segundo, en cuyo rellano nos aguardaba un tercero en discordia, y cerca del umbral de la puerta una señora de mediana edad, vestida con sencillez y gusto. Nos explicamos en pocas palabras, entramos en un elegantísimo salon, y antes de tres segundos, teniamos delante un chal como el que habiamos visto en el escaparate.

No soy yo quien debe aconsejar a Máximo, papá... Nunca me ha pedido mi opinión... Mi padre comprendió esta respuesta en el sentido que yo quería. ¡Pobre hija mía! me dijo tiernamente; los dos habíamos pensado que haría mejor elección... Es preciso, sin embargo, que le una respuesta... Cree que las mujeres os observáis y os hacéis confidencias... ¿es verdad?

»No estaré hermoso me decía sonriendo; pero por feo que esté, espero que usted no me desconocerá. »Nuestra amistad no sólo se conservaba, sino que se hizo más íntima y firme, y las pruebas que mutuamente nos habíamos dado nos probaron que siempre sería la misma.

Palabra del Dia

aprietes

Otros Mirando