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Actualizado: 4 de mayo de 2025


Continúa la campiña paniega, verde a trechos, a trechos negruzca. La tierra se dilata en ondulaciones suaves de alcores y recuestos. En Villaluenga asalta el coche un tropel de fornidos mozos rasurados, mofletudos, en mangas de camisa. ¡Una perrilla para los quintos de Villaluenga! gritan, y alargan una gorra ante los viajeros. Le piden también a las viejas; pero éstas se niegan a dar nada.

Volved con piedad, Señor, la mano, Doléos de los tristes afligidos, Doléos de los niños inocentes Que gritan, con sus ojos hechos fuentes.

El protagonista es un mal médico, semejante á aquél, de quien dice lo siguiente Tirso de Molina: Más almas tiene en el cielo Que un Calígula ó un Nerón; Donde pasa todos gritan: Allá va la Extremaunción.

Al subir el vapor todas las gentes se asoman ó detienen, saludan, gritan alegremente y le dan al cuadro entero el aspecto mas interesante, y simpático. Francia y Suiza parecen estar igualmente representadas allí.

¡Boooletos! gritó el jefe de tren, con innecesaria voz de trueno, cual si su autoridad se fundara acaso en eso, como la de los discutidores empedernidos que gritan demasiado, porque ignoran que no se gana la razón por la altura de la voz sino por la del concepto, como ignoraba aquél que para obtener las boletas pedidas le bastaba la gorra y el sacabocados.

D. Gabriel me dijo con encantadora inocencia ¿todos esos hombres para qué están aquí, para qué hablan, para qué gritan? Le contesté lo que me parecía y no me entendió. Ostolaza sigue hablando. Sus brazos parecen aspas de molino... Todos se ríen de él. Veo que las Cortes, como los teatros, tienen su gracioso. Así es en efecto. Y el gracioso es Ostolaza... Pues me parece que junto a él está el Sr.

Y corriendo rápidamente la espada, dejando caer su pomo en el suelo, y bajo el seno poniéndose la dura punta, se arrojó sobre ella, y con tal rapidez y tal violencia, que a la otra parte asomó casi en el mismo punto un palmo de enrojecido acero. Gritó Cervantes, como por su dolor los condenados gritan.

Las inseparables se pierden, la una del brazo de la otra, por entre los tilos; Rosa Blanca se queda sola con sus pensamientos; las locas corren, gritan, juegan. ¿Quién se acordará de como yo me acuerdo de ellasEl sentimiento predominante era su adoración por su padre.

Se le usa tan solo como medicamento intercurrente, en las grandes escitaciones nerviosas causadas por el dolor ó por emociones fuertes, cuando hay espasmos, agitacion, ansiedad y hasta gritos con convulsiones, insomnio, con particularidad en los niños débiles y delicados. No es menos necesario el café en los que gritan y demuestran padecer mucho.

Los franceses, que gritan entre ellos, incurriendo en las mayores exageraciones, sin darse cuenta de que hay quien les escucha al otro lado de las puertas, habían repetido durante muchos años que Francia estaba en plena descomposición y marchaba á la muerte. ¡Por qué se indignaban luego ante el menosprecio de los enemigos!... ¡Cómo no habían de participar éstos de sus creencias!...

Palabra del Dia

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