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Actualizado: 21 de septiembre de 2025
No quisiera sentar plaza de pegajoso y, sin embargo, deseo que don Luis me necesite para poder verte y hablarte. Escríbeme mucho.» Don José comenzó a empeorarse, y con sus molestias, que iban diariamente en aumento, arreciaron los gastos.
Tambien solicitaron el obispo y cabildo que concediese el Papa las annatas de los beneficios á la Fábrica de la iglesia, en atencion á la cortedad de rentas y muchos gastos que tenia; pero no se consiguió que esta gracia fuese perpétua como se deseaba.
Yo... con la mayor inocencia del mundo, le pregunté a su señor.... pariente si el dinero que usted acababa de tomar, honrándome con su confianza, era para los gastos primeros... para algún ensayo; para muestras de... qué sé yo...; en fin, que se me había metido en la cabeza que era para la fábrica. D. Juan... me miró con aquellos ojazos que usted sabe que tiene.
Mi suegro saqueaba a sus huéspedes tan concienzudamente que, si hubiera tenido tres hijas más que casar, se habría hecho millonario. A eso llamaba él «resarcirse de los gastos de la boda». Eché una ojeada al salón de baile.
Mis necesidades, los apuros de este infeliz y la urgencia de pagar los gastos de mi pleito, me hacen cerrar los ojos... El honor me echa hacia atrás; la ansiedad de satisfacer mis necesidades me echa hacia adelante. Pues no hay otro remedio, adelante. Aún es demasiado temprano. Se ha ido. Me levantaré.
Viaja, no repares en gastos; piensa siempre que eres el príncipe Lubimoff... El coronel irá contigo: será tu ayudante, como lo fué del heroico marqués. Su primer viaje fué á España. Miguel Fedor deseaba conocer la tierra de su padre.
Correspondido en sus amorosas pretensiones, Melgarejo, que debía ser de aquellos á quien inquieta poco el qué dirán, contando con el beneplácito del marido de doña Dorotea, fuese á vivir con la dama saliendo con rumbo á los gastos de la casa y no poniendo tasa en muebles, joyas y caprichos.
Quizá les habían oído decir a sus padres, a medias palabras, que Silas Marner podía curar el reumatismo si quería, y agregar, más misteriosamente aún, que, si se sabía captarse a aquel diablo, podía evitar los gastos de médico.
Lo que les tienta, lo que les impulsa es el deseo de la mayor ganancia, de obtener mas alto salario, sin cuidarse de las consecuencias ni averiguar si ese salario elevado de las ciudades manufactureras, debiendo satisfacer mil necesidades facticias y gastos muy considerables, es realmente superior, en el centro de fabricacion, al salario modesto pero suficiente que ofrecen los trabajos agrícolas.
Si no fuera porque no había tales contratas, porque el mundo del arte le había olvidado, acaso hubiera preferido dejar aquella vida regalada, sus emolumentos de director de la Academia de Bellas Artes, los gastos de secretaría, como le decía Mochi, antes de marchar... todo.
Palabra del Dia
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