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Tenía que armarme de valor para detenerla y ofrecerme a compañarla, declarándole por el camino mi pasión, y explicándole con fuego los estragos que en mi pobre corazón habían hecho en tres días su nariz arremangada y su graciosa sonrisa.

Muchas veces usa también el demonio provocarlos contra los confinantes, ordenándoles que asalten sus Rancherías, hagan estragos en la gente y roben y saqueen sus haciendas; con lo cual están siempre en continuas revueltas.

Emma, siguiendo el ejemplo de algunas otras casadas, que bailaban también, aceptó unos lanceros a que la invitó el presidente del Casino, y poco después bailó con Minghetti una polca íntima, género de desfachatez tolerada que empezaba entonces a hacer furor y no pocos estragos morales. La polca íntima de Minghetti fue para ella una revelación.

Asimismo es muy humano y muy conveniente á la civilización evitar hasta donde sea posible la efusión de sangre, los estragos, la paralización del comercio y las grandes pérdidas de riqueza que una guerra trae consigo.

Profesamos el principio de la publicidad en el sentido mas lato, porque los estragos que ha ocasionado el sistema contrario nos han convencido, que mas vale exponerse á la censura de unos pocos lectores apáticos, que descontentar á los curiosos para quienes nada es indiferente.

¡Sensible es la guerra! ¡horror nos causa sus estragos! ¡infelices filipinos perecen en el fragor de los combates, dejando madres, viudas é hijos!

Por lo demás, es falso á todas luces presentar los horrores, á ella debidos, como únicos y sin ejemplo en la historia. No hay parte alguna de la tierra libre de los estragos del fanatismo religioso y de la superstición, ni nación que en este punto pueda echar nada en cara á las demás, ni secta que se exima de reproches semejantes cuando ha tenido poder suficiente para hacerlo.

Y mientras tanto, Villamelón proseguía su misteriosa plática con el ministro. Contaba por aquel entonces el marqués más de cuarenta años, y los estragos de su juventud salíanle prematuramente al rostro.

Se mantienen á distancia, dijo, porque nuestros veinte arqueros les han causado grandes pérdidas. Pero nos van á matar mucha gente con sus pedreros. Pues una estratagema para que se acerquen, y el barón dió brevemente sus órdenes. Trasmitidas que fueron éstas, los arqueros empezaron á caer como si la artillería y las flechas de los piratas causasen en ellos grandes estragos.

Desecharé la modestia y convendré con usted en que el tiempo no ha hecho estragos en mi ser corporal. Está usted más hermosa, más interesante, más lozana que nunca, interrumpió el Vizconde.