Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de junio de 2025


Si Luz hubiera estado entonces sola en su azotea, habría bajado de ella en seguida para salirle al encuentro; pero no estaba sola, ni en la azotea, y esperó a que llegara él.

XXIX. Angelo Badrero, Angelo Badoer, Embajador de Venecia en París. Ex.^mo S.^r Espero q. hará lo q. V. Excelencia le pide, sino es porq. ande el cielo estos meses retrógrado en todo lo que me conuiene, y desseo. Desseo verme cerca de V. Ex.^a para en algunos ratos entregarle este pecho, y depositarle en esse oydo, y Amor, como en Ærario de mi alma.

Sin dilación alguna se dirigió nuevamente al barrio de la Viña y se detuvo delante de la casa de su antigua querida: acercóse á una reja baja que tenía, llamó con los dedos á los cristales y esperó. No tardaron en abrir. ¿Estás ahí, desaborío? Aquí estoy, limoncito verde. ¿Por qué limoncito verde? Porque eres agria para y veo mis esperanzas cada vez más verdes.

Aun en este caso quedariamos separadísimos de los Portugueses, y en nada les perjudicariamos: pero no creo que convengan en ello. Sin embargo, espero que V. S. me imponga de lo que debo hacer en este caso, como del partido que debo tomar en vista de lo que queda referido.

Espero que la señora de Chanzelles y su mamá de usted, querrán permitirme que me presente en sus casas a mi regreso a París. El pesar que llevo por mi partida, sería demasiado cruel si no me acompañase la esperanza de volver a verlas pronto. Diana se sonreía todavía de esta galante declaración, cuando la señora Aubry de Chanzelles apareció en la terraza con su hija.

He cumplido con mi deber en las filas, y nada más hasta ahora; pero su merced no se impaciente, porque aunque no soy más que soldado, espero lucirme. ¡Nada más que soldado! dijo la Condesa . no eres soldado, aunque así parezca.

Miró por el hueco de la escalera mientras subía lentamente y el hombre había dejado de lavar el suelo y le seguía con la vista. Llegado al segundo, Sorege llamó. Ningún ruido en el interior, ningún golpe de puertas, ni el más ligero rumor de pasos. Un silencio de casa vacía. Llamó de nuevo y esperó con el corazón agitado. Nada se oyó.

El pueblo de Madrid lo hará bien; los detesta, y allá irán unas turbas que ya, ya ... ¿Conque al fin no va usted á que le designen su puesto? dijo Lázaro para disimular su propósito. Voy. Yo espero aquí un recadillo del amo del café. Adiós dijo Lázaro, saliendo con precipitación. Su resolución era irrevocable. No podía permitir que se llevara á efecto aquel complot infame.

Aspiro a la mano de doña Eulalia; ella me ha dado prueba de que me quiere para esposo; y sólo nos falta el consentimiento paterno y después la bendición del reverendo Padre fray Antonio, que está presente y que espero no ha de negarse a bendecirnos.

La puse á la venta en las principales librerías, y en un lustro que ha corrido llevo despachada la friolera de tres ejemplares, con más los que me tomaron al fiado, y que espero cobrar, si la cosecha es buena, en el próximo otoño.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando