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Actualizado: 15 de junio de 2025
Algún escrúpulo de conciencia, el deseo de mayor perfección. Yo sí que soy desgraciado; yo, señora, no debiera estar en el mundo. ¿Pero qué tiene usted? preguntó Paula con mucho interés. Dígamelo usted todo. ¿No dice usted que le he consolado otras veces? Ahora le consolaré si me descubre una nueva desventura. Cuénteme usted. Mis desdichas no son para contadas.
292 El andar tan despilchao ningún mérito me quita; sin ser un alma bendita me duelo del mal ajeno: soy un pastel con relleno que parece torta frita. 293 Tampoco me faltan males y desgracias, le prevengo; también mis desdichas tengo, aunque esto poco me aflige: yo sé hacerme el chango rengo cuando la cosa lo esige.
El sacerdote, encargado de su guarda, se suicida al ver que se rompen sus cadenas, y que inundarán al mundo las desdichas anunciadas. Pronto empieza á cumplirse el oráculo.
No puedo decir si su aspecto hacía reír o imponía respeto: creo que ambas cosas a la vez, y según como se le mirase. Puede decirse que su vida era la historia de la marina española en la última parte del siglo pasado y principios del presente; historia en cuyas páginas las gloriosas acciones alternan con lamentables desdichas.
»Para colmo de desdichas se me ocurrió la mala idea de echar por un atajo que nos debía ahorrar buena parte del camino.
A lo que respondió don Quijote: -Caballero soy, y de la profesión que decís; y, aunque en mi alma tienen su propio asiento las tristezas, las desgracias y las desventuras, no por eso se ha ahuyentado della la compasión que tengo de las ajenas desdichas.
¡Oh! sí; lo que me sucede es muy grave dijo Montiño ; desde ayer han pasado por mí tantas desdichas que con ellas se puede llenar un libro, y por grande que fuese no sobraría mucho. ¡Ayer era yo tan feliz! ¡Erais feliz y os confesáis malo! ¡Ah, padre! todo me venía bien y tenía dormida la conciencia. El que aduerme su conciencia puede despertar condenado.
Presupuesto esto, digo, señores, que os agradezco el ofrecimiento que me habéis hecho, el cual me ha puesto en obligación de satisfaceros en todo lo que me habéis pedido, puesto que temo que la relación que os hiciere de mis desdichas os ha de causar, al par de la compasión, la pesadumbre, porque no habéis de hallar remedio para remediarlas ni consuelo para entretenerlas.
En efecto, contenía gran número de novelas, todas de la escuela romántica primitiva, cuidadosamente encuadernadas, pero muchas de ellas ya grasientas por el uso. En los pasajes más tiernos solían tener las hojas algunas manchas amarillentas, lo cual ponía de manifiesto que las distintas lectoras en cuyas manos había estado el libro habían tributado algunas lágrimas a las desdichas del héroe.
Un moro, que se halla en la corte, como embajador del Rey de Granada, que se dice médico y astrólogo, profetízale las horribles desdichas que la crueldad de D. Pedro ha de causar á su familia, la muerte de Doña Leonor de Guzmán y del gran Maestre de Santiago, así como la de D. Pedro á manos del mismo D. Enrique.
Palabra del Dia
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