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Actualizado: 4 de junio de 2025
Una parte de ellos persigue á los fugitivos por el camino de Villoria; otros siguen á los que huyen por la calzada de Entralgo. Toribio desdeña esta persecución. Con el garrote en alto y dando feroces gritos, que resuenan temerosamente en el valle pasea su furor y su triunfo por todo el campo de la iglesia. Bartolo. Media hora después no quedaba un ser viviente en este campo.
Nada puede tanto con las mujeres como el considerar que aquel que las pretende desdeña por su amor el de otras mujeres a la moda, jóvenes, hermosas, ricas y distinguidas. En suma, y como quiera que ello sea, la Condesa amó al galán, y fue tal su pasión que se dejó vencer a pesar de sus severos principios. Estas relaciones estuvieron envueltas en el misterio más impenetrable.
Tsendi, naturalista suizo, afirma bajo palabra de honor que si el buen animal se encuentra en el camino á alguna chica con su cesto de fresas, se conforma con colocar delicadamente la pata en el cesto para pedir su parte. Y cuando entra al servicio del hombre es servicial y magnánimo: tiene buen humor y desdeña las injurias.
Pero Pepita, por los clavos de Cristo, no digas eso ni lo pienses. ¡Si D. Luis no te desdeña por zafia, ni porque es muy sabio y tú no le entiendes, ni por esas majaderías que ahí estás ensartando!
Sabiendo esto el escritor de costumbres, no desdeña muchas veces salir de un brillante rout, o del más elegante sarao y previa la conveniente transformación de traje, pasar en seguida a contemplar una escena animada de un mercado público, o entrar en una simple horchatería a ser testigo del modesto refresco de la capa inferior del pueblo, cuyo carácter trata de escudriñar y bosquejar.
No es Afrodita a quien se rinde culto de pasiones sensuales; no es la Venus Cálvica, que recibe en ofrenda cabelleras de vírgenes; parece la Venus Apostropha, que desdeña y castiga los pensamientos impuros. A fuerza de besarla éntrasele a don Juan por los labios hasta el alma el frío de la piedra, y paralizada su sangre, se desploma rendido.
Si lo desdeña, caballero, estoy pronto a publicar su réplica. El pundonoroso militar no lo quiso, pero se marchó indignado.
El amor que Angelina me inspiraba no era ese que nos promete dichas y venturas, lisonjeando nuestra vanidad, halagando nuestro orgullo, y despertando risueñas esperanzas; ni ese otro abrasador, apasionado, que nos encadena a las plantas de soberbia beldad, sumisos a su capricho, esclavos de su hermosura, desesperados si nos desdeña, locos de felicidad si nos favorece con una sonrisa.
Tal es su apodo significativo. Su verdadero nombre es doña Marcela Gutiérrez de los Olivares, por ser viuda del teniente de la clase de sargentos, del mismo apellido, muerto en Cuba un año ha, a manos de los insurrectos. Llora ella aún a su difunto marido, con cuya tía, doña Pepa, vive en este lugar en ejemplar recogimiento, y desdeña y rechaza al enjambre de galanes que la pretende.
De este modo, el favor más grande que la Providencia depara a un pueblo, el gaucho argentino lo desdeña, viendo en él más bien un obstáculo opuesto a sus movimientos que el medio más poderoso de facilitarlos; de este modo la fuente del engrandecimiento de las naciones: lo que hizo la celebridad remotísima del Egipto, lo que engrandeció a Holanda y es la causa del rápido desenvolvimiento de Norteamérica; la navegación de los ríos o la canalización, es un elemento muerto, inexplotado por el habitante de las márgenes del Bermejo, Pilcomayo, Paraná, Paraguay y Uruguay.
Palabra del Dia
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