Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de octubre de 2025
Consumido por la mayor ansiedad, esperé día tras día, pasando horas enteras tratando de descifrar el enigma enloquecedor de la carta de juego que tenía en mi poder, hasta que, en la mañana del 6 de marzo, en presencia de que Carlini no tenía éxito en Florencia, me fui con él a la vieja ciudad de Lucca, adonde llegamos por la vía de Pistoya, a las dos de la tarde.
Eran libros antiguos en su mayor parte, muchos de ellos en idiomas que él no podía descifrar, recolectados á precios bajos en librerías de lance y en las cajas de los bouquinistes instaladas sobre los parapetos del Sena. Sólo aquel hombre, que tenía «la clave de las lenguas», podía adquirir tales volúmenes.
El Gobierno, a quien se comunicó el hecho, mandó una comisión encargada de descifrar el jeroglífico, que se decía contener desahogos innobles, insultos y amenazas. Oída la traducción, «¡y bien! dijeron , ¿qué significa esto?»...
Véase cómo la solterona se convierte en un objeto antipático cuando debiera ofrecer el más singular de los atractivos, el de un enigma que descifrar. 9 de diciembre.
Como quiera que ello sea, yo quiero suponer que no le empleó; que bajo los nombres imaginarios de los personajes de su novela no descubre ni debe descubrir la malicia verdaderos nombres, y que la fingida ciudad de Gaudulia nada tiene que ver con Sevilla. Si es Isaac novela de clave, no quiero yo valerme de la clave para descifrar la novela.
Pero la posesión de estas cartas sin la clave no es, ciertamente, de mucho beneficio arguyó. ¿No podría consultar a alguna persona experta, y cerciorarse por qué medios sería posible descifrar esta clave de enigmas?
Don Fadrique respondió sólo con un suspiro, con una exclamación inarticulada, que el padre creyó descifrar como si dijese que diez y siete años antes Doña Blanca era muy otra, y que además la misma dureza de su carácter y la briosa inflexibilidad de su genio hacían más vehemente en ella toda pasión, incluso la del amor, una vez que llegaba á sentirla.
Estéban Lesperut, así se llama, toca ese grado de lucidez interior, en que el hombre toma la costumbre de amar el pensamiento de la muerte, como si se tratara del último misterio que su destino le ordena descifrar; en que el hombre se ofrece á nuestra fantasía de un modo semejante á la idea de silencio, de espíritu, de historia, de inmortalidad casi, en que el hombre es el canto del tiempo, colocado entre el mundo y Dios, como una estátua está colocada entre el genio de un artífice y los ojos del que la mira.
No es posible descifrar las épocas, en que se supone ocurrir tales sucesos, pues tanta es la diversidad de costumbres, y tan caprichosas y arbitrarias las mistificaciones de la mitología. La comedia de El infamador, y su héroe Lucino, es menos notable por su mérito, que por haber servido á Tirso de Molina, según todas las probabilidades, para componer su Burlador de Sevilla.
Creo que antes de llegar de nuevo á Southampton hemos de vernos convertidos en arenques salados, á juzgar por la cantidad de agua que espero embarcar en cuanto ponga la proa á Inglaterra. ¿Y qué dice á ello mi señor? Abajo está, ayudando á su amigo á descifrar blasones. Lo único que me contesta es que no le hable de tales pequeñeces. ¡Pequeñeces! Pues ¿y Sir Oliver?
Palabra del Dia
Otros Mirando