United States or Monaco ? Vote for the TOP Country of the Week !


Salid, con lanza, espada, y con escudo, Que me basta esta pica, aunque desnudo. "Pudiéramos traer arcos y flechas, Mas quiere el gran Cacique sean probados De vosotros ahora estas derechas, Que tienen mil cervices quebrantadas. Por tanto apagareis tambien las mechas, Que son armas al fin aventajadas, Y con lanza y espada, ó á los brazos Hagamonos de presto aquí pedazos.

Gracián dijo solemnemente que más, mucho más había padecido Cristo por nosotros, y luego reinó un silencio tristísimo, durante el cual no se oía más que el rumor de las hojuelas de acacia, batiendo el aire y desconcertando las bandadas de moscas. Al punto que estas vieron a los dos clérigos, se fueron derechas a ellos, manifestando singular preferencia por el joven acompañante.

-Eso pido, y barras derechas -dijo Sancho-; a eso me atengo, porque todo, al pie de la letra, ha de suceder por vuestra merced, llamándose el Caballero de la Triste Figura. -No lo dudes, Sancho -replicó don Quijote-, porque del mesmo y por los mesmos pasos que esto he contado suben y han subido los caballeros andantes a ser reyes y emperadores.

Seguid hablando mal de y mirándome de reojo, que yo seguiré hablando mal de vos sin miraros á derechas.

Rompió en denuestos contra mi agresor: ¡Qué cobardía! ¡Qué vilesa! ¡Herirte ese tío de las patas tuertas! Callaba, y después de un rato volvía a exclamar, con rabia: ¡Atreverse ese tío de las patas tuertas!... Por lo visto, mi novia pensaba que el agravio habría sido menor si el adversario hubiera tenido las piernas derechas.

El triste lamentar y las endechas Que cada cual cantaba de su modo, A la falta del pan iban derechas, Que en tratar de comer estaba todo. Las carnes consumidas y deshechas, Los rostros de color de puro lodo, Perdiò el amor su fuerza aquì de hecho, Que cada cual miraba su provecho.

Andaba con frecuencia el señor Ulloa traspunteado con los canónigos, sus compañeros, y aun con otras personas eclesiásticas, y una de las que con quien no estaba muy á derechas por ciertos resentimientos, era con el licenciado D. Alonso Alvarez Córdoba, arcediano de Niebla, varón prudente y virtuoso, respetado y querido.

No debemos continuar viéndonos de esta manera. Si alguien lo sabe, estoy perdida. podrás perderte, pero yo lo estoy ya; perdido de amor por ti, que ni descanso, ni duermo, ni sosiego, ni hago cosa a derechas; todo el día estoy contando minutos y esperando que llegue este momento para decirte que te quiero... ¡Qué hermosa estás!