Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de octubre de 2025
Así, su juicio será verdaderamente justo.... »Y ahora, perdóneme lo que voy á añadir. Yo no figuro en el gobierno; no soy mas que un modesto profesor de Universidad. Si de mí dependiese, le llevaría hasta la capital sin precaución alguna, como un amigo. Pero el gobierno no le conoce á usted y guarda un mal recuerdo de la grosería de los Hombres-Montañas que nos visitaron en otros tiempos.
Así, por ejemplo, yo no me contento con que la Alhambra se conserve, sino que, si de mí dependiese, haría restaurar las dos torres de las Infantas y de la Cautiva, cada una de las cuales es, ó, mejor dicho, ha sido, y puede volver á ser, una primorosa filigrana: un palacio ó casa real de la Alhambra en miniatura.
Esta mirada irritó á Miguel, haciendo que se interesase por la operación, como si de ella dependiese su honor. Sin duda, el usurero pensaba en Rusia, en los desmanes de la revolución, en la imposibilidad de cobrar su préstamo aunque el gran personaje le ofreciese toda su fortuna. Usted debe conocerme dijo con voz irritada . Soy el príncipe Lubimoff; soy el dueño de Villa-Sirena.
Todos los novios eran lo mismo; iguales los aldeanos que los señoritos; alguna diferencia en las palabras, y nada más. Sólo sabían decirse tonterías, poniendo en sus voces tanta solemnidad, como si la existencia del mundo dependiese de lo que se dijeran. ¡Ah la juventud!... Y seguía sonriendo con indulgencia de veterano ante el entusiasmo de los dos jóvenes.
De Pas, como si su voluntad dependiese de la máquina del reloj, se decidió de repente y tomó por la calle de la derecha, cuesta abajo; por la que más pronto podría volver al Espolón. Se olvidó de su madre, de Teresina, del cognac, del Obispo; no pensó más que en los coches del Marqués que debían de estar de vuelta.
Los analíticos eran todos los que se formaban por evidencia inmediata; y sintéticos, los que resultaban de evidencia mediata, ya fuese esta del órden puramente ideal, ya dependiese en algun modo de la experiencia.
Resolví, pues, ya que todavía era tiempo, reparar, en lo que dependiese de mí, aquella negligencia que me demandaba una secreta voz, exhumando aquellos restos para conducirlos al lugar de su predilección.
Quién, como don Benito, daba fuertes taconazos en el suelo mientras las bolas corrían; quién, como don Lorenzo, se inclinaba a un lado y a otro, se torcía y se retorcía como si de sus movimientos dependiese que la bola se inclinase a un sitio u otro; quién, por fin, como don Pancho, que era pequeño y gordo, casi cuadrado, se subía de un brinco al diván después de haber empujado la bola, para mejor ver los estragos que había hecho en los palos.
La niña se había abrazado con fuerza incomprensible al cadáver de su madre y lo cubría de vivos y sonoros besos. Don Mariano, exaltado de un modo terrible, casi loco, tiraba de ella brutalmente, como si de arrancarla de aquel sitio dependiese la salvación de todos. María, de rodillas en un rincón del cuarto, elevaba los ojos y las manos al cielo, pidiendo la gloria eterna para la difunta.
Palabra del Dia
Otros Mirando