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Entretanto, conténtese V. o mejor dicho no se disguste con esto que le dedico, pues bien yo que, si vale algo y si tiene chiste, V. habrá de hallarle, sin que tenga yo necesidad de indicar dónde está lo chistoso para que V. lo ría. Créame V. siempre su buen amigo J. Valera. Lisboa 20 de Febrero de 1882.

Y no obstante, nadie se quejaba. Los novios, olvidando tan triste perspectiva, se miraban en los ojos uno de otro, y eran felices, y don Jorge se resignó tranquilamente al mal juego que se le presentaba ya como perdido. La Duquesa, más alegre que de costumbre, se dedicó a cuidar a Flora; sólo la madre Shipton, antes la más fuerte de la caravana, parecía enfermar y fenecer poco a poco.

Desde aquel dia Malebranche se dedicó al estudio que tan perfectamente se le adaptaba; y diez años despues publicaba ya su famosa obra de la Investigacion de la verdad.

Don Pedro Manuel de Jáuregui había servido en el Real Cuerpo de Alabarderos. Después se dedicó a negocios, y era tan honrado, pero tan sosamente honrado, que no dejó al morir más que cinco mil reales. Oriundo de la provincia de León, recibía partidas de huevos y otros artículos de recoba.

Era docto, virtuoso y laboriosísimo, y dice Cristóbal de Santisteban en el libro Mar de historias que le dedicó, que los dias del obispo parecian mas largos que las noches de Noruega, segun las cosas que hacia y despachaba.

La gran ciudad tiene sus niños mimados en todas las artes, pero no conozco a ninguno que lo fuese tanto como él. Había nacido en una miserable y pequeña ciudad de la Champaña, pero hizo sus estudios en el colegio de Enrique IV. Un pariente suyo, que ejercía la medicina en el país, le dedicó desde muy joven a la misma profesión.

Bien por su larga permanencia en oficinas, bien porque se dedicó resueltamente a ello, lo cierto era que D. José conocía la Partida Doble como conoció Newton las Matemáticas y Colón la Náutica.

Se mortificó, oró, luchó, pero si consiguió la paz en su aspecto, no consiguió la paz de su espíritu. Se dedicó al estudio, arrojó sobre los penosos trabajos del púlpito y del confesonario, y llegó á ser catedrático de la Universidad de Zaragoza, y logró que le mirase todo el mundo con afecto.

Hoy, que puedo disponer de tiempo, se lo dedico gustoso, aun cuando temo que no encuentre en este texto muchas noticias aprovechables para sus aficiones. Usted dirá si me equivoco.

Por último, el diputado novel ha pedido y recibido con frecuencia las noticias que de Antoñuelo se tienen en el lugar. Allá en el Río de la Plata adonde el cacique le obligó a que emigrase, se dedicó al comercio y prosperó mucho.