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Actualizado: 29 de junio de 2025


En resolución, Sancho, o vos habéis de ser azotado, o os han de azotar, o no habéis de ser gobernador. -Señor -respondió Sancho-, ¿no se me darían dos días de término para pensar lo que me está mejor?

Zaldumbide no era partidario de maltratar ni de pegar siquiera a los negros, no por nada, sino por no estropearlos. Los demás capitanes negreros trataban a fuetazos a sus negros. Estos fuetazos no eran mas que el ligero prólogo de los que les darían después los bandidos de América.

Total, que ya le estaba echando el ojo á otra casa, no de corredor, sino de buena vecindad, casi nueva, bien acondicionada para inquilinos modestos, y que si no rentaba más que un tres y medio á todo tirar en cambio su administración y cobranza no darían las jaquecas de la cansada finca dominguera.

Advirtieron luego los Genoveses por lo que oyeron platicar de los sucesos, que Berenguer habia tenido la mucha ganancia que les resultaria, y el gusto que darian al Emperador Andronico y á los Griegos, si prendiesen á Berenguer, y le tomasen sus galeras.

Inventa unas cosas que luego salen verdad, o las verdades, antes de ser verdades, un suponer, han sido mentiras muy gordas... Con que ya lo sabe». Declaró la ribeteadora que se alegraba mucho de lo que oía referir; y que puesto que Don Romualdo la favorecía, Doña Paca y ella darían sus sobrantes de comida a otros menesterosos.

«Las doce, había dicho el sereno, ¡ya era mañana! es decir, ya era hoy; dentro de ocho horas la Regenta estaría a sus pies confesando culpas que había olvidado el otro día». ¡Sus pecados! dijo a media voz el Provisor, con los ojos clavados en la llama del quinqué ¡si yo tuviese que confesarle los míos!... ¡Qué asco le darían!

Sin embargo, semejante contingencia era aterradora, porque, si realmente era sabido que había descifrado el registro, entonces nuestros enemigos darían, ciertamente, todos los pasos necesarios en Italia para impedir que descubriéramos el secreto que yacía en ese punto de las orillas del tortuoso, agreste y desierto río Serchio.

Todo lo cual oido por Inca Yupanqui, rescibió pesar de la tal respuesta, porque pensó que su padre le inviara algun socorro, y que como viesen los comarcanos de los pueblos questán en torno de la ciudad del Cuzco que su padre Viracocha Inca le socorria con algun favor y ayuda, que ansí mismo le acudirian y darian favor los tales comarcanos.

Si yo le fuese enteramente indiferente, no correría semejante riesgo. Con manifestar francamente a la superiora y al capellán que ella no era responsable de que a un loco se le ocurriera lo de la visita a aquél, ambos se darían por convencidos seguramente, y no tendría más que temer. Este pensamiento halagüeño fue creciendo en mi espíritu hasta llenarlo todo.

Como ella arranca de un marjal en donde toma tambien orígen el rio Paraguay, seria muy factible unir el primer tributario de este rio con el Guaporé, abriendo para ello un canal de cuatro mil ochocientas varas solamente. De este modo se darian la mano los dos rios gigantes de la América meridional, el Plata y el Amazonas, viniendo á formar un canal natural de mas de mil doscientas leguas.

Palabra del Dia

vorsado

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