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Actualizado: 3 de julio de 2025
Kiosco en el camino, Grupos fantásticos. Compañía no buscada. Ninay. Una presentación por medio de un cigarro. El Moro y el Rosillo. Atimonan. Su historia, sus productos y su estadística. Un bailujan, un regalo y una promesa. El correo. Gumaca es uno de los pueblos más sanos y mejor situados de los que bañan las aguas del Pacífico en las costas de Tayabas.
El trato con los árabes del buque hacía acordarse al Morenito de los moros de Marruecos, contando algunas de sus correrías por las costas de África.
Era un velero de Brema y no iba a América. Se aproximaba a las costas del Brasil para tomar los vientos, ganando después el cabo de Buena Esperanza. Iba a la China a cargar arroz. El Goethe saludó con un bramido el pabellón enarbolado por el velero.
Jornada primera. Cárcel de esclavos en Marruecos. Razonte, joven castellano de familia distinguida, es cautivado por piratas moros en las costas de España, cuando se disponía á encaminarse á Madrid para casarse con la bella Angélica. Yace durmiendo en su prisión subterránea, y es visitado por el Dios Amor, que lo exhorta á huir de su cárcel, porque, de no hacerlo, perderá á su prometida.
Ordenose á Fernando Aones Almirante, que con la armada fuese á invernar á la isla de Jio, puerto seguro y vecino de las Costas enemigas. Es el Jio isla de las más señaladas del mar Egeo, por nacer en ella sola el Almaste, cosa que negó naturaleza á las demás partes de la tierra. Ferran Jimenez de Arenós se aparta de los suyos.
Mi niñez fue triste y árida como esos arenales africanos que desde a bordo contemplan por largas horas los viajeros al aproximarse a las costas del Senegal.
Rodrigo prometió, al despedirse de sus compañeros, que haría cuanto pudiese para armar una fragata en Valencia ó las islas Baleares, desembarcar en las costas africanas y libertar á su hermano y demás cautivos. Con dicho objeto llevaba cartas de un esclavo español de la casa de Alba, que se hallaba también en Argel.
Todos cargaron sobre él; pero las espadas de sus dos contrarios, ya amigables custodios, le libertaron de todo insulto. Levantaos le dijo don Lope. No hará tal replicó el alcalde sino para entregarse a merced de la justicia, tanto y más cuanto que corren voces de venir don Fernando Muley de las costas de Berbería.
Menos. ¿Es por virtud de las comunicaciones marítimas? Ellas solo favorecen directamente á los pueblos de las costas. ¿Es por la infusión de la sangre africana en la raza primitiva de España? ¿Es porque las instituciones de la feudalidad, del absolutismo posterior y del catolicismo romano no pudieron implantarse en las Andalucías tan hondamente como en las Castillas?
Las costas de estas Provincias vecinas viven sin recelo, pareciéndoles que nuestras fuerzas no son bastantes á defendernos en Galípoli, y en tanto que el sitio durare no dejaremos estas murallas.
Palabra del Dia
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