Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de junio de 2025
Había cantidad de muñequitos de Sajonia, de colores suaves, puros y delicados, como las nubes que el alba pinta; rosados cupidillos, atravesando entre haces de flores azul celeste; pastoras blancas como la leche y rubias como unas candelas, apacentando corderillos atados con lazos carmesíes; zagales y zagalas que amorosamente se requestaban entre sotillos verdegay, sembrados de rosas; violinistas que empuñaban el arco remilgadamente, adelantando la pierna derecha para danzar un paso de minueto; ramilleteras que sonreían como papanatas, señalando hacia el canasto de flores que llevaban en el brazo izquierdo.
Hasta las ovejas más enseñoradas se quedan sin sus manteletas, y los corderillos pierden sus chaquetitas de astracán. En el corral aparece un día la gallina, muy satisfecha. Allá, como Dios le da á entender, con sus cacareos sonoros, le dice al amo que ya tiene veinte criados más que le sirvan.
Bulliciosas ovejas: manchados corderillos, recentales del pecho mas piadoso: calandrias, cuyas quejas repiten los pardillos, trinando con el celo doloroso: descanso y sitio hermoso: quietud idolatrada: arboleda sagrada: silencio siempre justo, apetecido gusto para la pena mia, ya vuelvo á vuestra santa compañía. Fuíme á la corte, y vuelvo de mi engaño corrido: propio castigo del que os ha dejado.
Sobre la platina de la báscula sucedíanse las especies alimenticias en sucia promiscuidad. Caían en ella corderillos degollados, con las lanas manchadas de sangre seca, y momentos después apilábanse en el mismo sitio los quesos y los cestos de verduras.
No menor influencia han tenido dos cartas, una para mí y otra para Petrona, dos chispeantes y graciosas epístolas de Rosalía Arregui del Moral de Pérez y Gámpora, dirigidas desde «Los Carpinchos», de donde no se mueve Rosalía, va ya para dos años, quieta junto a su pastor en la soledad de los campos, persistente en ayudarle con la gracia de su presencia a reconstruir la fortuna, alegre, feliz, y viviendo, en fin, entre corderillos, recentales y aves domésticas, con arreglo a los clásicos preceptos de las geórgicas de Virgilio.
Palabra del Dia
Otros Mirando