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Actualizado: 21 de mayo de 2025


No vamos a entrar aquí, claro está, en la plurisecular contienda, largo ha extinguida, entre los partidarios del teatro clásico y los del romántico, que tantos arroyos de tinta y bilis hizo derramar en tiempo de nuestros mayores, próximos y remotos.

Si el primero no hubiese encontrado asiento, debiera mejor haber estado de pie, porque es preferible llevarse así tres horas á andar á la greña un solo momento... Finalmente, se aplaca la disputa: el que ha pagado su asiento se retira, y ocupa otro que le proporcionan los que han intervenido en la contienda y la han apaciguado.

Luchaban unos con otros, cayendo y levantándose en revuelta confusión, mordiéndose, saltando y atropellando entre los movimientos de su horrible contienda á Batilo y al ratonero, que, revueltos entre las patas de los contendientes, recibían los ultrajes de todos.

Sin él, y sólo por necesidad, iremos á la pelea, si se nos acosa: si se nos pone, como vulgarmente se dice, entre la espada y la pared. Doloroso será entonces tener que pelear contra un pueblo, en quien no podemos menos de admirar excelentes prendas y elevados impulsos, enteramente contrarios á los que le exciten á esta injusta contienda.

Entonces el leonero, menudamente y por sus pausas, contó el fin de la contienda, exagerando, como él mejor pudo y supo, el valor de don Quijote, de cuya vista el león, acobardado, no quiso ni osó salir de la jaula, puesto que había tenido un buen espacio abierta la puerta de la jaula; y que, por haber él dicho a aquel caballero que era tentar a Dios irritar al león para que por fuerza saliese, como él quería que se irritase, mal de su grado y contra toda su voluntad, había permitido que la puerta se cerrase.

El primer acto describe esta contienda. Debióse á los esfuerzos de la heróica reina Doña María, su madre, el reconciliar á los enemigos y obligar á D. Alfonso á renunciar á sus pretensiones. En la parcialidad favorable al Rey se habían distinguido particularmente los dos hermanos Carvajales.

Ni deja tampoco de sorprenderle, y mucho, al que supo conservar toda su calma durante una contienda electoral, ver la sed de sangre que se desarrolla en la hora del triunfo, y tener la conciencia de que él es una de las víctimas en que los vencedores tienen fijas las miradas.

21 El carbón para brasas, y la leña para el fuego; y el hombre rencilloso para encender contienda. 22 Las palabras del chismoso parecen blandas; mas ellas entran hasta lo secreto del vientre. 24 El que odia disimula con sus labios; mas en su interior maquina engaño. 26 Aunque su odio se encubre en el desierto; su malicia será descubierta en la congregación.

290 Antes de cair al servicio, tenia familia y hacienda; cuando volví, ni la prenda me la habían dejao ya. Dios sabe en lo que vendrá a parar esta contienda. X Por culpa de una mujer. 291 amigazo, pa sufrir han nacido los varones; estas son las ocasiones de mostrarse un hombre juerte, hasta que venga la muerte y lo agarre a coscorrones.

La sangre no llegó, sin embargo, al río; intervino Currita muy indignada contra las zafias bromas de Diógenes, y puso fin a la contienda apoyándose en el brazo de sir Roberto Beltz, para dar una vuelta por la serre, y encargando antes al tío Frasquito que convidase para el día siguiente a comer con ella a todos los que habían tomado parte en las dos cuadrillas, blanca y negra.

Palabra del Dia

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