United States or Saint Martin ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ya que le gustan a usted las negras, quedará satisfecho: tengo precisamente en mi troupe tres hermosas negras. Kotelnikov palideció ligeramente, lo que no advirtió el director, absorto en sus cavilaciones sobre el café cantante. Tiene usted que darle un billete gratuito para toda la temporada. El director consintió.

Lo que importa que sepas sin tardanza, por lo que pueda tronar, es que había en este joriaco lo que ya tienes a la vista y no está inventariado en ninguna parte; y que todo ello, alhajas y monedas, es de tu sola pertenencia desde este mismo momento. Sorprendido con la ocurrencia, intenté hacer muy formales reparos a mi tío. No me consintió decir una sola palabra.

Dícese que un consejo de los principales del ejército instaba al general Ocampo para que lo prendiese, juzgase y fusilase; pero el general no consintió, menos acaso por moderación que por sentir que Quiroga era ya, no tanto un súbdito, cuanto un aliado temible.

La señora doña Guiomar de Quiñones se quiso arrojar del coche para besar los pies y las manos del gran Roque, pero él no lo consintió en ninguna manera; antes le pidió perdón del agravio que le hacía, forzado de cumplir con las obligaciones precisas de su mal oficio.

Tardamos allí cuatro días mientras las galeras hicieron agua y desembarcaron vituallas de las naves. No se consintió salir estos días á escaramuzar con los moros, aunque ellos venían á demandar escaramuza. Harto mejor hubiera sido haberlo excusado el primer día, hasta ver si los moros estaban en la determinación que habían dicho.

Y sin que renunciara a consagrar el resto del día al idealismo, en buen hora despertado por las relaciones de su amigo, consintió el Marquesito en pasar a la cocina de su casa, al oler lo que guisaban aquellas señoras. En la cocina de los Vegallana se reflejaba su positiva grandeza.

Más por complacerla que por esperanza de obtener resultado alguno, Nolo consintió en recorrer los montes que dominaban el castañar del tío Goro. Vagaron por ellos á la ventura sin tropezar ser viviente. Al cabo divisaron entre los árboles una luz. ¿Dónde estamos? preguntó Felicia que con la pena y tanto paseo se había mareado. Cerca de la cabaña de Pepa la Pura.

Su D. Jaime parecíale un Dios; pero un Dios que la adoraba a ella y que había de vivir siempre rendido a sus plantas. De aquí que doña Luz aniquilase y como embebiese su voluntad en la de D. Jaime, cediendo a todo lo que él deseaba. Doña Luz cedió en el empeño de quedarse a vivir en Villafría y consintió al cabo en seguir a Madrid a su amigo.

Y como la antiquísima arca, por ser de tantos años, la hallase sin fuerza y corazón, antes muy blanda y carcomida, luego se me rindió y consintió en su costado por mi remedio un buen agujero. Esto hecho, abro muy paso la llagada arca y, al tiento, del pan que hallé partido, hice según de yuso está escripto.

Las niñas más recatadas, y hasta las más parecidas a muñecas de resorte, hacían pensar en la mujer que traían debajo de aquellos vestidos vulgares y de aquella educación falsa y desabrida. Ana, a las dos de la mañana se levantó de su silla por vez primera y consintió en dar una vuelta por el salón, en un intermedio del baile.