Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de mayo de 2025
El amor de las mujeres como yo, es pura comedia, ¿verdad? Ya se sabe que es mentira; pues cuanta más ilusión procure, mejor. Con el vizconde no había modo de lograrlo. Su único goce era que hablasen de él, aunque fuese mal: no le gustaban los placeres por disfrutarlos, sino porque se los envidiaran. Al segundo año de conocernos tuve un capricho; que Pepe me llevase a París.
Te das con noble entusiasmo. Creo que, de conocernos en la primera juventud, no me habrías abandonado para ser rico casándote con otra... Me resistí á ser tuya porque te amaba y no quería hacerte daño... Después, el mandato de mis superiores y mi pasión me hicieron olvidar estos escrúpulos... Me entregué; fuí la «mujer fatal» de siempre: te traje desgracia... ¡Ulises! ¡amor mío!... Olvidemos: de nada sirve recordar el pasado.
Me dispuse a cumplimentar las tareas del cuadro sinóptico, con la esperanza de que aquello no duraría mucho tiempo. No dije nada a Villa ni a Matildita, ni a Isabel siquiera. Se hubieran reído de mí grandemente. En estas ocasiones veía rara vez a mi novia, y cuando llegaba este caso, en los corredores, pasábamos el uno al lado del otro sin aparentar conocernos.
El teatro entero hacía un solo comentario. A nuestro lado, teníamos dos jóvenes impertinentes que conversaban, sin conocernos, con toda desfachatez. El viejo, aquél, el que ahora se le acerca; le decía uno de ellos al otro... No puede ser... contestaba éste. Te digo que sí; ese es el novio... que toupet de mujer. ¿Pero estás seguro?
En amando, para mí Son los engaños notorios. 640 ¿Amor se funda en engaños? Primero que el amor fueron; Pues desde que ellos nacieron, El mundo cuenta sus daños. Si yo, Señora, creyera 645 Cobrar la deuda de vos, Sin conocernos los dos, Por otro estilo pudiera. No vengo sino á ofreceros Cuanto tengo y cuanto soy, 650 Con que pagado me voy, Y aun deudor de solo veros.
Es verdad murmuraba ella, apoyando su cabeza en el hombro de Gabriel . Adoro a la miseria que nos permite conocernos. Tú serás mi compañera continuó Luna con entonación dulce . Nuestras vidas marcharán juntas hasta que la muerte rompa su abrazo. Yo te defenderé, aunque de poco sirve el auxilio de un enfermo perseguido por los hombres. Tú endulzarás mi existencia con tu cariño.
La duquesa miró a su salvadora con los ojos nublados de lágrimas, y Manuela siguió mientras pudo al lado del coche, diciendo, trémula de gozo: ¡Adiós, señora! ¡Qué lejos que estamos ya los pobres y los ricos! ¡Cuánto más valían aquellas buhardillas cuando vivíamos unos cerca de otros pa conocernos y querernos!
Espero que muy pronto aprenderemos a conocernos mejor; entonces es posible que confíen en mí un poco más de lo que han hecho esta noche. Recuerden que durante muchos años he sido el amigo más íntimo del muerto.
Palabra del Dia
Otros Mirando