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Actualizado: 1 de junio de 2025
Tiene algún amor sentimental, y no está nunca sin intrigas, pero intrigas de peligro y consecuencia: es el terror de los padres y de los maridos. Sabe que, semejante a la moneda, sólo toma su valor de su curso y circulación y, por consiguiente, no se adhiere a una mujer sino el tiempo necesario para que se sepa. Una vez satisfecha la vanidad, ¿qué podría hacer de ella?
Los dos se vieron al otro lado de la cancela, sobre el rellano de las gradas del Casino, en pleno aire, frente á los árboles de la plaza y los grupos de paseantes que daban vueltas en torno del «queso». Tuvieron que apartarse á un lado, para no impedir la circulación de los que entraban y salían. Además continuó el príncipe , mi deber es evitar murmuraciones.
No cabe duda alguna de que es vuestra propia sangre, puesta en circulación por vuestro corazón, bajo la acción del cerebro, la que afluye a vuestra nariz; y, sin embargo, tentado estoy de creer que ese imbécil de auvernés no es extraño a estos sucesos.
Fuera de aquella cáscara de piedra reinaba la noche, una noche lóbrega, de profundo misterio. Al través de los muros parecía filtrarse ese solemne silencio que cae de lo alto, y en el cual los ruidos más leves adquieren proporciones pavorosas, como si el rumor se escuchase a sí mismo. Creía percibir Febrer los latidos de la circulación de su sangre en esta calma profunda.
Por otra parte..., ni su aspecto de ahora, ni su índole, ni su carácter, me autorizan para creer que haya dado el salto, es decir, que esté entregada a la circulación como un billete de banco.
No significa más que un cambio de la circulación sanguínea. Las arterias, al aumentar o disminuir de diámetro, enrojecen la piel o la hacen empalidecer. Ni te vayas a figurar que sólo las vírgenes se ruborizan, o que sea este fenómeno privativo del ser humano. Los animales también se enrojecen.
Así es que hizo muchas gestiones y consiguió que el periódico de mayor circulación de Río, O Jornal do comercio, anunciase con bombo y platillos la feliz llegada y próxima aparición en el teatro de la famosa artista española, y consiguió también que el empresario la oyese, la viese y la ajustase para dar un concierto con intermedios sabrosos de danza andaluza. Pronto llegó la noche de la función.
Del seguro se va usted, señor economista cascaciruelas.... Yo contribuyo a la circulación de la riqueza.... Como una esponja a la circulación del agua.... Y los curas son los zánganos de la colmena social.... Hombre, si a zánganos vamos.... Los curas son los mostrencos... Si a mostrencos vamos, conocía yo un alcaldito en tiempos de la Gloriosa... ¿Qué tiene usted que decir de la Gloriosa?
De pronto el hombre que parecía compartir la opinión del jefe se apartó unos cuantos pasos, dio orden de formar, mandó sacar el prisionero y dispuso que, rodeado de un piquete, fuese conducido hasta los ruinosos y calcinados paredones de la estación, junto a la valla en que estaba fijado el bando prohibiendo la circulación de trenes.
Sus antepasados, hijos del mar, llenaban perfectamente entre sí la circulación de substancia, las metamorfosis, las sucesiones de vida, que son el movimiento rápido de purificación constante. ¿Qué puede el hombre con respecto á ese movimiento, continuado á tal distancia de él, en ese mundo obscuro y profundo? Poco para el bien, más para el mal.
Palabra del Dia
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