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Actualizado: 9 de junio de 2025
Ya es un hombre, quiero decir, ya no es un chiquillo». Figúrese el lector cuál sería el asombro de doña Lupe la de los Pavos, cuando vio entrar en la sala a su sobrino, no con zapatillas ni en tren de andar por casa, sino empaquetado para salir, con su capa de vueltas encarnadas, su chaqué azul y su honguito de color de café.
Formaba grupo con varios trabajadores de igual aspecto que él, y este grupo iba unido á otros y otros que eran como una representación de todas las clases sociales: burgueses bien vestidos, señoritos finos y anémicos, licenciados de raído chaqué, faz pálida y gruesos lentes, curas jóvenes que sonreían con cierta malicia, como si se comprometiesen en una calaverada.
La muchedumbre penetró apresuradamente en la sala, se separó a derecha e izquierda y sonaron dos tiros que se oyeron casi al mismo tiempo. Se arrojaron todos sobre los contrincantes, y se vio al maestro de pie, sacudiéndose con la mano izquierda los tacos encendidos, de la manga de su chaqué. Alguien le detenía por la otra mano.
Por la noche dió la noticia á Robledo: Tomó el tren para Bahía Blanca sin avisar á nadie. Debe traer entre manos algún negocio gordo. Y continuaron las tertulias sin otra novedad. El francés, siempre vestido de smoking, era el preferido por Elena en sus conversaciones. Moreno, al llegar la noche, se ponía el chaqué, sin otro resultado que dialogar con Torrebianca.
Esta vestimenta sucia y mísera completábala con un chaqué de largos faldones y un sombrero abollado, deforme, rematado en punta como guerrero casco. Era viejo, con cierta malicia sacerdotal en el rostro afeitado y los ojillos verdosos cobijados bajo unas cejas grises y abultadas. La parte de sus mejillas acariciada por la rasura era lo único limpio de la cara.
Tío por aquí, tío por allá; la una le quitaba el sombrero, la otra tomaba su bastón, y las dos tiraban a un tiempo de su paleto, sonriendo ligeramente al ver el chaqué, que quedaba al descubierto, y que con sus cortos faldones dábale el aspecto de un pájaro desplumado. Las pobrecillas ya sabían vivir.
Palabra del Dia
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