Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
Mala, mala Eppie comenzó a decir Silas de pronto, teniéndola sobre las rodillas y mostrándole que tenía los pies y las ropas cubiertos de barro ; mala, que cortó la faja y se fue. Ahora Eppie tiene que entrar en la carbonera porque es mala. Papá va a encerrarla en la carbonera. Medio creía que aquellas palabras producirían una impresión bastante fuerte para que Eppie se pusiera a llorar.
De cuando en cuando, entre el grupo de los hombres y el de las mujeres se cruzaban palabras libres, gestos desvergonzados, un tiroteo de chistes convencionales, que sorprenden la primera vez y aburren en seguida. Particularmente, Concha la Carbonera respondía con una viveza y desgarro que me infundían repulsión. El hastío me hizo acercarme al guitarrista y trabar conversación con él.
Usted habrá oído hablar de una sociedad establecida en Gijón que se llama Unión Carbonera... No señor ni gana respondió el capitán con su acostumbrada viveza. Es una sociedad muy respetable, compuesta de personas de posición, que se dedica á la explotación de minas... Sí, de minas y tontos... Todas esas sociedades son pillería.
Fue así como he procedido con Aarón, porque era tan débil para con mi niño menor, que no podía soportar la idea de castigarlo. No tenía alma para dejarlo más de un minuto en la carbonera, pues era lo bastante para tiznar por completo al niño, de modo que había que lavarlo y vestirlo de nuevo. Eso le hacía tanto bien como el látigo, podéis creerme.
En vez de esto se puso a brincotear en las rodillas de Marner como si éste le propusiera una novedad agradable. Viendo que era necesario recurrir a los extremos, la metió en la carbonera y cerró la puerta temblando de que empleara una medida excesiva. Durante el primer momento no oyó nada; pero en seguida oyó un pequeño grito: ¡Abe, abe!
En cuanto a Paquito, no se diga. Su primer amor había sido una criada que tenía su dormitorio en lo que hoy era despensa. Sabía el Marquesito andar por la cocina a obscuras, a gatas, y ya había medido con su agazapado cuerpo las dimensiones de la carbonera provisional que había cerca del fogón.
Palabra del Dia
Otros Mirando