United States or Netherlands ? Vote for the TOP Country of the Week !


No levantemos á estas sobre las morales; tengamos en mas á las morales que á las exactas; pero guardémonos de una exageracion que las destruye todas. En este resúmen se manifestará tambien el enlace de las doctrinas expuestas en los capítulos anteriores. Cuando la filosofía se encuentra con un hecho necesario, tiene el deber de consignarle.

Y ahora llega por fin el trueno gordo. El título de la obra póstuma es el siguiente: Capítulos que se olvidaron á Cervantes. Ensayo de imitación de un libro inimitable.

Sólo entonces, fatigado de toda una noche de monótono trabajo periodístico, me era posible dedicarme á la labor creadora del novelista. Bajo la luz violácea del amanecer ó al resplandor juvenil de un sol recién nacido, fuí escribiendo los diez capítulos de mi novela. Nunca he trabajado con tanto cansancio físico y un entusiasmo tan reconcentrado y tenaz.

Por esta misma escrupulosa observancia de las constituciones escritas, observamos que la referida congregacion de Aquisgran inculca en muchos de sus cánones ó capítulos preceptos que desde los tiempos mas remotos vienen puestos en práctica en los monasterios españoles , y que los monges de otros paises de todo punto abandonaron.

Aquí asalta una reflexion sumamente grave: la idea del tiempo es la idea de la contingencia; la conciencia del tiempo es la conciencia de nuestra debilidad. I, cap. Esta incluye por necesidad la relacion de pasado, y por consiguiente la idea de tiempo. Presentemos en resúmen la doctrina de los capítulos anteriores. Esta debe ser la mas uniforme posible. Si no hubiese nada, no habria duracion.

Véase el comentario á los cánones ó capítulos del concilio de Aquisgran que publicó Yepes al fin del tomo III de su interesante Crónica de S. Benito: en el cual se citan de contínuo ejemplos de prácticas y usos observados en los monasterios de España, en especial en el de S. Benito de Valladolid, en cumplimiento de lo preceptuado en dichas constituciones.

Pero en un libro como La Puchera, donde hay tanto oro de ley y capítulos que desde el día de su aparición deben pasar por clásicos, es lícito ser exigente y posponer lo bueno a lo mejor y lo mejor a lo óptimo.

La Regenta sacó del seno un crucifijo y sobre el marfil caliente y amarillo puso los labios, mientras los ojos rebosando lágrimas, buscaban el cielo azul entre las nubes pardas. Ana leyó en su lecho, a escondidas de don Víctor, los cuarenta capítulos de la Vida de Santa Teresa escrita por ella misma. Fue en aquella convalecencia larga, llena de sobresaltos, de pasmos y crisis nerviosas.

Todos los días, en seguida de comer, don Cándido, apoyado en el alféizar de la ventana de su cuarto, releía y meditaba un par de capítulos de San Marcos o San Mateo. Luego dejaba el libro, y tomando el sol y fumando cigarrillos pasaba el rato entretenido en observar cómo trabajaban unos cuantos picapedreros que, en un solar contiguo y vallado, tenían establecido al aire libre su taller.

Le habían enseñado algunos capítulos del catecismo como se enseña a los mirlos a silbar cualquier tonadilla; pero siempre profesó los sentimientos más cristianos. Jamás abusó de sus fuerzas contra las personas ni contra los animales; evitaba las querellas y recibía con frecuencia coscorrones, sin devolverlos jamás.