United States or Samoa ? Vote for the TOP Country of the Week !


Antes que hubiese allí poblacion, pasaban las canoas en hombros de negros esclavos que llevan para remar. Transportadas las canoas al Camapoan, las vuelven á cargar, y navegan rio abajo hasta entrar en el Tacuarí.

Estos indígenas, cuyas costumbres son en extremos singulares, solo hacen caso de la mediana civilizacion que los rodea, para deslizarse astuta y ocultamente con sus canoas en los pequeños tributarios del Mamoré y del Iténes, donde asechan á los indios de las misiones ó á los soldados brasileros del fuerte de Beira, atacándolos al descuido, muchas veces al favor de las sombras de la noche, sin otro intento que el de procurarse algunas herramientas.

Tomamos despues cerca de 500 canoas: quemámos todos los pueblos donde llegamos, haciendo otros daños. Al cabo de un mes vinieron algunos Agaces, que no se habian hallado en el estrago por estar lejos de esta tierra, pidiendo perdon.

Viven allí, divididos en diez naciones diferentes y que hablan distintas lenguas, unos pueblos, todos ellos dedicados á la navegacion, y que conocen perfectamente las mas pequeñas vueltas y revueltas de esos canales naturales, diariamente cruzados por ellos en canoas hechas de un solo tronco de árbol, el cual es ahuecado á fuerza de hierro y de fuego.

Este pueblo nos recibió de guerra con 500 canoas: matamos muchos indios con los arcabuces, retirándose esparcidos una legua de las naves, porque nunca habian visto cristianos.

Hay veinticinco leguas, en línea recta al nordeste, de San-Pedro á Santa-Ana; mas, como allí generalmente se viaja en canoas, los numerosos giros del Mamoré hacen doble la distancia, por cuya razon es menester emplear en este tránsito dos dias cuando se anda rio abajo, y tres ó cuatro cuando se tiene que subir.

Los remeros van á la proa y á la popa, y uno con la pala sirve de timonero. Para dormir, así los de las canoas de guerra como los de las de carga, se previenen buscando antes de anochecer algun parage en la márgen del rio, donde el monte sea muy cerrado, y tenga mucha maleza de abrojos y espinas, de lo cual hay en aquella tierra abundancia entre los árboles.

No esperó la respuesta el P. Provincial, sino que se puso luego en camino hacia el Mamoré, acompañado del P. Zea, que después de cinco meses de trabajosas Misiones en aquellos desiertos, se ofreció á servirle de guía; y lo que causa más admiración es que estaba resuelto, si no estuviese pronto el barco del P. Arce, á hacer algunas canoas y conducir en ellas al P. Vice-Provincial hasta la Asunción, por medio de tantos peligros y enemigos.

Dejando este lugar que marca la mitad del camino, se cruza el Curichi de San-Miguel, bañado espacioso, y despues de haber andado dos leguas se presenta el rio Ivari que en todo tiempo es menester pasarlo en canoas: otras dos leguas mas adelante está la estancia de San-Antonio y el arroyo del mismo nombre, en medio de unos matorrales, donde tambien se crian hermosos pastos.

En una isla, cinco leguas más adelante, se habían retirado dos caciques, Jarechacu y Arapichigua, con todos sus vasallos Payaguás, que al vernos despacharon luego siete canoas á la grande isla de los Orejones, para dar aviso á aquellas gentes, como lo suelen hacer en tales ocasiones, y por eso se veían de cerca y de lejos muchos humos en el aire, por lo cual en todo aquel contorno son los Payaguás tenidos en grande estimación, que les es de mucho provecho, por lo que les dan de tabaco, cueros, telas y vituallas, de que están abastecidos con grande abundancia.