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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Este drama no tiene nada de común con la célebre colección de novelas de igual nombre, del infante Don Juan Manuel. Comedias románticas de Calderón. La enumeración de las comedias de Calderón nos ofrece ahora una serie de dramas, que no pueden calificarse de otra manera, que, con el nombre, demasiado genérico, de comedias románticas.
Le favorece don Rodrigo Calderón. ¿Y favoreciéndole don Rodrigo Calderón, ese hombre ha enamorado á vuestra mujer?... ¿Qué pensáis de eso? Vigilad á vuestra mujer. ¿Y no sería mejor que vos, señor, que sois inquisidor general, encerráseis á ese hombre?... Haced lo que os mando. Lo haré, señor.
Los escritos publicados en los anuarios bibliográficos de Viena por V. Schmidt, tantas veces citado, me han sido muy útiles por los datos que suministran, relativos á las comedias siguientes: La cronología expuesta en este lugar de las comedias de Calderón, ha de enmendarse con arreglo á los datos y argumentos importantes, de que se ha valido Hartzenbusch en su nueva y excelente edición de Calderón, así como de los del primer tomo de los de las Comedías escogidas de Lope de Vega.
Apolo y Clímene, impresas primero en 1672, en el tomo IV de las Comedias de D. Pedro Calderón de la Barca. Fieras afemina amor. Se dice en la loa de esta fiesta que se escribió por indicación de Carlos II, para solemnizar con su representación el día del nacimiento de su madre.
Con una de ellas hablaba de vez en cuando en voz baja la hija de los señores de Calderón, niña de catorce o quince años, carirredonda, de ojos pequeños, nariz arremolachada y algunos costurones en el cuello, pregoneros de un temperamento escrofuloso.
Esta es la fecha señalada por Vera Tassis; Dieze, y los escritores posteriores, hacen vivir á Calderón siete años más. A. G. Schlegel.
La conversación con la condesa de Lemos había agravado, á su juicio, aquella situación; había descubierto grandes cosas; esto es: que la reina alentaba á don Rodrigo Calderón, confidente y secretario íntimo del duque de Lerma, á quien lo debía todo, y que don Rodrigo, alentado por la reina, hacía una completa traición al duque.
No se puede dudar que continuó mientras vivieron Lope y Calderón, y hasta la muerte del último, ocurrida en 1681, puesto que en cada uno de estos años aparecieron obras que disipan cualquiera duda.
La Margarita preciosa. El mejor amigo el muerto, y El privilegio de las mujeres. Las dos ediciones generales de las comedias de Calderón, de las cuales se publicó la primera por los cuidados de Vera Tassis, poco después de la muerte del poeta, en el año de 1684, y la segunda por Apontes, en 1750, contienen sólo 108 de las piezas antes citadas.
Pues cuento por mi amigo á ese hidalgo, por eso sólo exclamó, olvidándose de su promesa Camino. El padre Aliaga, como si se tratase de un pecador impenitente, siguió leyendo sin hacer ninguna nueva observación: «Pero ignoramos cómo ese hidalgo haya podido saber que los tales papeles estaban en poder de don Rodrigo Calderón, como no sea por su tío el cocinero del rey.
Palabra del Dia
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