Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 21 de abril de 2025


Cabalito: era un sujeto buenísimo, pero de los que se comen los santos, y que hiló el negocio con gran finura. Tomó cariño a Tirso, eso es indudable.

Volví a contar el dinero en presencia de todos. ¡Cabalito! ¡Tiene usted razón! murmuró don Juan. ¡Usted dispense! Don Cosme no se dió cuenta de lo que pasaba. Porras me detuvo al paso, y, poniendo sus manos en mis hombros, me dijo dulcemente: ¡Este hombre no tiene remedio! ¿Quién le manda a usted gastar esas corbatas... tan bonitas¡ ¡Paciencia, joven! ¡Paciencia!

Debe de ser muy buena. Mal genio; pero tocante a... vamos, a eso que usted anda buscando, me paece a que es perder el tiempo. En fin, yo haré lo que usted me mande, con una sola condición: que no parezga usted por donde vivimos, a lo menos hasta que... ¿Hasta que nos arreglemos? Cabalito. Te lo prometo; me ayudas, te pago bien, y por ahora no pongo los pies en vuestro barrio.

El padre Arce quedó un minuto pensativo; y luego, pegándose una palmada en la frente, como quien ha dado en el quid de intrincado asunto, exclamó: ¡Cabalito! ¡Eso es! Y en el acto hizo formal renuncia de la guardianía, para que otro y no él cargase con el mochuelo de enviar almitas al limbo.

¿De modo que está solo arriba desde las cuatro? Cabalito. Iban a dar las nueve: hacía más de cuatro horas y media que el pobre anciano estaba solo, como perro enfermo abandonado en un desván. Aquello era ya demasiado. Pepe, procurando no perder la calma, a pesar del enojo que le dominaba, sintió la necesidad de cerciorarse de que nada le había sucedido a don José.

Palabra del Dia

tusu

Otros Mirando