United States or Finland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al fin Robledo reconoció la pertinencia de estos consejos, marchándose á Buenos Aires. Varios meses anduvo por los ministerios, solicitando que se reanudasen las obras y luchando con las rutinas técnicas y administrativas. También tuvo que esforzarse por mantener su crédito en los Bancos.

-Por Dios, Sancho -dijo don Quijote-, que, por solas estas últimas razones que has dicho, juzgo que mereces ser gobernador de mil ínsulas: buen natural tienes, sin el cual no hay ciencia que valga; encomiéndate a Dios, y procura no errar en la primera intención; quiero decir que siempre tengas intento y firme propósito de acertar en cuantos negocios te ocurrieren, porque siempre favorece el cielo los buenos deseos.

El general Rosas, dicen, conoce por el gusto el pasto de cada estancia del sur de Buenos Aires.

Embarcáronse por fin á 5 de Diciembre de 1745, y el lúnes 6 á las diez horas de dia, habiendo disparado la pieza de leva, se hicieron á la vela en nombre de Dios, con viento fresco, y salieron á ponerse en franquía en el amarradero, que dista tres leguas de Buenos Aires.

dijo con resolución ; yo estoy unida con toda mi alma a una conspiración..., yo trabajo con todas mis fuerzas por el triunfo de la causa de los buenos. ¡Bien sabe Dios que no me importa nada que gobiernen unos u otros ni me ha arrastrado a tal proceder ninguna consideración terrenal!

Han visto buenos pastos y muchos arroyos de las sierras, con buena agua: la pampa igual á la del N, por donde transitamos. Todo el camino se compone de lomas, unas suaves y otras algo ásperas con algunas piedras; en su cumbre hay grandes valles y profundos, donde se puede acampar ó esconder el número de gente que fuere; y hay sitios donde no pueden ser vistos hasta no estar encima. Dia 11.

Sin embargo, poseíamos afortunadamente un par de buenos caballos cada uno, y apretando un poquito en una cosa y otro poquito en otra, podíamos darnos el goce de esas excitantes carreras a través del campo, en las cuales la sangre se pone en movimiento y bulle de agitación a la vez que rejuvenece a todos los que toman parte en ellas.

"Tu madre, hijo, se llamó la Montiela, que después de la Camacha fué famosa; yo me llamo la Cañizares, si ya no tan sabia como las dos, a lo menos de tan buenos deseos como cualquiera dellas.

Si no nos retrajese el temor de fastidiar con detalles minuciosos á los que solo se fijan en los resultados, probariamos que en esta larga y penosa travesia de Buenos Aires á Salta, casi no hay paso que no sea un tropiezo.

Cargamos cuanto pudimos nuestra náo de arroz, mandioca y maiz, y salimos con ambas náos y con el capitan Alonso Cabrera y sus soldados de Santa Catalina, navegando á Buenos Aires; y hallándonos á 20 leguas de la ciudad, víspera de Todos los Santos, en el rio Paraná, se preguntaban los marineros unos á otros, si estaban ya en el rio Paraná.