Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 7 de julio de 2025


La doña Manuela posterior a la llegada de Tirso, parecía borrada de la imaginación de Pepe, surgiendo en su lugar la madre amantísima, la de antes, como si le repugnase considerar nada que aminorase la grandeza del bien que iba a perder.

En efecto, en la angustia de su aislamiento y de su abandono iba surgiendo poco a poco de la sombra una imagen borrada un momento por la de la muerte, y Liette trataba en vano de librarse de ella. ¡Ay! así como en otro tiempo no había podido combatir la esperanza quimérica, no podía ahora mandar a su memoria demasiado fiel y que le trazaba sin cesar las ardientes etapas de aquel pasado demasiado corto.

Su rostro sin color parecía una página borrada en la que no se veía brillar más que dos grandes ojos negros. Una masa de cabellos de oro, finos y frondosos, se amontonaban sobre su cabeza. Una hermosa cabellera es el último adorno de los tísicos; la conservan hasta el fin y son enterrados con ella. Sus manos transparentes caían a lo largo del cuerpo y se confundían con los pliegues del vestido.

No había camino del castillo a la puerta de la tapia; la avenida principal estaba casi borrada por las hierbas y por los arbustos. En dos ventanas del castillo brillaban luces; miradas melancólicas que parecían observar algo a través del follaje. El jardín tenía grandes olmos copudos, como haciendo centinela, y muchos rosales que aun conservaban marchitas rosas blancas.

Divagando de esta suerte, admitiendo como buenos los torpes antojos del despecho, la piedad iba quedando en el alma de Lázaro completamente borrada por la incontrastable fuerza de los celos, hasta el punto de que el miedo de hacer público el suceso, el temor al escándalo, y aun la idea horrible de ver la hija deshonrada a los ojos de su propia madre, llegaron a ser en aquel hombre rémoras creadas por la malicia para eludir el cumplimiento del deber.

La blancura de su cutis se delataba al avanzar un brazo fuera de la manga ó al entreabrirse el escote; pero esta blancura estaba borrada en el rostro por una máscara rojiza. Su belleza vigorosa arrostraba sin miedo el sol y el hálito del mar. Un triángulo escarlata cortaba la dulce curva de su pecho, marcando el escote del vestido.

Debajo del Escudo se lee esta Inscripción, casi borrada por la acción del tiempo sobre la mala calidad de la piedra: «En esta santa casa de San Jerónimo se retiró á acabar su vida el que toda la gastó en defensa de la Fe y conservación de la Justicia, Carlos V, Emperador, Rey de las Españas, cristianísimo, invictísimo. Murió á 21 de Septiembre de 1558

En Portugal una cuasi nación, con una lengua cuasi castellana, y recuerdos de una grandeza cuasi borrada. Un cuasi ejército, y una cuasi protección a España, de cuasi seis mil hombres, cuasi todos portugueses. Cuasi siempre regida por un gobierno de cuasi medidas. Una esperanza cuasi segura de ser cuasi libres algún día. Por desgracia muchos hombres cuasi ineptos.

Cuando el niño había sido bueno, Liette le sentaba en su falda delante del pesado escritorio Imperio, y sacaba de un cajón una fotografía medio borrada que, con una trenza rubia de reflejos de sol, componía el relicario materno.

Palabra del Dia

hilaban

Otros Mirando