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Actualizado: 30 de junio de 2025
Y si no, ¿por qué este antagonismo? La revolución de la independencia argentina se simboliza en dos tiras celestes y una blanca, cual si dijera: ¡justicia, paz, justicia! ¡La reacción encabezada por Facundo y aprovechada por Rosas se simboliza en una cinta colorada que dice: ¡terror, sangre, barbarie!
Todos hacían esfuerzos por demostrar con sus palabras y ademanes que era falsa la barbarie que les atribuían los enemigos. Don Marcelo les miró uno á uno. Las fatigas de la guerra, especialmente la marcha acelerada de los últimos días, estaban visibles en sus personas.
Que le quede, pues, a este hombre, ya inútil para su patria, la gloria de haber representado la civilización europea en sus más nobles aspiraciones, y que sus adversarios cobren la suya de mostrar la barbarie americana en sus formas más odiosas y repugnantes; porque Rosas y Rivadavia son los dos extremos de la República Argentina, que se liga a los salvajes por la pampa y a la Europa por el Plata.
Pero en lo que se refiere á la explotación de la fauna de las aguas, los hombres están todavía y en todas partes, salvo en China, país de las gentes listas, en las prácticas rudimentarias de la barbarie primitiva.
Llegó en éstas á la barbarie, pues como no tenía nadie que le pusiese coto y en Madrid se le habían confirmado plenos poderes para ejercer como juez absoluto, se despachaba á su gusto de una manera brutal y cruel. Tal sucedió con una pobre mujer, que fué víctima de su señoría, y por un delito harto insignificante para la pena que sufrió.
Donna Olimpia proyectaba criar y educar a su Principito con el mayor esmero por monjes benedictinos, ya que todavía ni San Ignacio de Loyola, ni San José de Calasanz habían fundado escuelas; y luego que estuviese bien educado y crecido, enviarle a conquistar la Abisinia y a sacarla de la barbarie en que había caído. El corsario argelino había venido en mal hora a contrariar tan altos proyectos.
Era de esperar: habían civilizado demasiado á su ídolo: lo habían hecho conocer el champagne, le habían arrancado de su barbarie primitiva y al encontrarse con otro de su clase, recién salido de la cantera, forzosamente había de ser el vencido. Todos ellos sentían la necesidad de insultarlo antes de irse. De buena gana hubieran golpeado aquel paquete inerte que sollozaba encogido en la banqueta.
No pudo hacer prevalecer en ella la igualdad de ornamentacion ni la de formas; no pudo imprimir en todos sus detalles el sello de la originalidad; no pudo arrojarla á los ojos del mundo como una construccion puramente árabe; mas ¿quién duda que presentó en ella el mas fantástico y el mas acabado conjunto que cabia esperar de un siglo en que dominaba sobre vencedores y vencidos la barbarie?
Protesto que no. Todas sus creaciones subsisten, salvo las que la barbarie de Rosas halló incómodas para sus atentados.
Los que habian enseñado á la Europa septentrional á sacudir la corteza de la barbarie roturando tierras, desecando pantanos, desmontando bosques, regularizando las corrientes, construyendo hornos, abriendo escuelas y talleres, merecian bien de todas las clases y gerarquías: ellos daban ejemplos de abnegacion, protegian á los débiles, socorrian á los necesitados, respetaban á sus semejantes; á ellos son debidos los primeros gérmenes de libertad é independencia; á ellos se debieron despues los primeros bosquejos de organizacion central que en los siglos posteriores adoptaron los reyes.
Palabra del Dia
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