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El conde de Lemos había llegado al obscurecer, y no encontrando á la condesa en su casa, se había ido á la del duque de Lerma; entonces, me metí en la primera taberna que encontré, escribí una carta al conde avisándole de que su esposa se solazaba en aquellos momentos con un galán en la quinta del río, llevé la carta á casa del duque de Lerma, la entregué con un doblón á un criado para tener seguridad de que la carta había llegado á manos del conde, y sin esperar la respuesta, que no era para esperada, fuíme de allí al mesón del Bizco, alquilé dos caballos, y por lo que pudiera tronar me fuí á rondar la quinta.

Si avisándole que tratan de prenderle se salva, y no le aviso, mi conducta es criminal. Es un infame, con vergüenza lo confieso; pero si no impido su persecución y su muerte, tendré remordimientos toda mi vida. La huérfana no pudo resistir un sentimiento de lástima y piedad hacia aquel hombre excéntrico que, sin dejar de ser su tirano, había sido su protector y el amparo de su niñez.

El 25, caminando de esta jornada, llegamos á la rancheria del famoso General de los Chunipíes, Sinipés y Malbaláes, Antecapibax, á quien encontré con sus dos valerosos capitanes, Chinchin y Guanchil, y habiéndoles hablado sobre su conversion, me diò á entender dicho General el deseo de su conversion, y cuanto placer habia tenido de conocer al español, y haber tratado á su amigo, el General Arias; y que hacia muy poco habia mandado mensage acerca del sitio de su reduccion, avisándole de su grave enfermedad que habia padecido, en la que imaginó morir; pero que el Dios de los cristianos le habria otorgado tiempo para cumplir sus deseos: que él y las tres naciones de su mando estaban prontos á cumplir su escritura.

Fuí imprudente; creyéndole un vasallo leal, le escribí algunas cartas de mi puño y letra, avisándole de la hora que podía entrar en palacio y verme. ¡Y esas cartas! ¡esas cartas! Las he quemado yo por mi propia mano, gracias á don Juan Téllez Girón, que se las arrancó á estocadas. ¡Ah! dijo respirando el rey ; ¿y de resultas de esas estocadas está herido don Rodrigo? , señor.