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Actualizado: 27 de mayo de 2025


No es posible que yo asuma la actitud que me indicas, sin abusar odiosamente de los inmensos beneficios que he recibido de tu padre. ¿ yo el destino que él aspira para su hija?

Pero, si ese porvenir es remoto en el sentido de una transformación definitiva, no lo es respecto a los progresos inmediatos que lo acelerarán. Colombia, después de sus largas y sangrientas luchas, aspira hoy a la paz, cuyo sentimiento empieza a arraigarse de una manera profunda en el corazón del pueblo.

Y en lo tocante a la unión íntima del alma con Dios y al propósito de la ciencia mística, tampoco va tan lejos Tofail como en sus términos y frases muchos místicos ortodoxos de Alemania, de Italia y de España. Lo que se echa de menos en la mística de Tofail es, ya que no la carencia, la poca energía del amor que aspira y logra la unión más que la inteligencia pura.

El pobre hombre olvidaba que el error tiene también sus leyes, y que en la marcha del universo cada prurito aspira a su satisfacción y la consigue, resultando la armonía total, y este claro obscuro en que consiste toda la gracia de la humanidad y todo el chiste del vivir. Pero el buen viejo no podía ver aquello.

Las mujeres administran bien, su gobierno es el de una buena dueña de casa que toma con exactitud la cuenta á su cocinera. Las gentes tal vez comen mejor y viven más tranquilas que en otras épocas; ya no hay guerras.... Estamos de acuerdo. Pero el mundo se aburre de un modo mortal. No ocurre nada, nadie sueña, nadie aspira á cosas imposibles, nadie comete imprudencias.

El blondo caballero se estremece levemente, alza un poco la cabeza de la almohada, aspira el aire con fuerza por entrambas narices, tira hacia por la ropa que le cubre y se oculta otra vez en la almohada, dejando escapar de su garganta un débil y prolongado ronquido.

«La ciencia humana, dice, ha nacido de un defecto del espíritu humano, que en su extrema limitacion está fuera de todas las cosas, no contiene nada de lo que quiere conocer, y por consiguiente no puede hacer la verdad á la cual aspira.

En 1602 publica Lope en Madrid La Hermosura de Angélica, poema en que aspira a rivalizar con el Ariosto y que, por lo menos en parte, tenía escrito desde tiempos de la expedición a Inglaterra. Sigue en el libro una colección de doscientos sonetos, Rimas, en que están muchos de los de Lucinda, y al final reimprime La Dragontea.

Poniendo, pues, á un lado y en salvo mi extraordinaria admiración por Göethe, voy á decir aquí algunas de estas rarezas. En primer lugar, me pasma y me enoja que el Dios de Göethe tenga el capricho, en su conversación con el diablo, de presentar á Fausto como un segundo Job, como un modelo de varón justo, aunque débil y sujeto á error como todo el que aspira.

Palabra del Dia

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