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Si mi dama, o, por mejor decir, mi pastora, por ventura se llamare Ana, la celebraré debajo del nombre de Anarda; y si Francisca, la llamaré yo Francenia; y si Lucía, Lucinda, que todo se sale allá; y Sancho Panza, si es que ha de entrar en esta cofadría, podrá celebrar a su mujer Teresa Panza con nombre de Teresaina.

Esta comedia proviene, en su fondo ó acción, de El acero de Madrid, de Lope; pero la escena en que Sganarelle presenta á Leandro como boticario para proporcionarle una entrevista con Lucinda, recuerda otra escena semejante de La fingida Arcadia, de Tirso de Molina.

Por este tiempo tenía Lope establecidas en Toledo sus dos familias. En 8 de mayo de 1605, como de padres desconocidos, fué bautizada allí Marcela, la hija de Lucinda. En 28 de marzo del año siguiente, su hijo legítimo Carlos Félix. En 1608 apareció la Jerusalem conquistada, epopeya trágica en que Lope aspira a igualar al Tasso, como antes al Ariosto con la Angélica.

Lucinda, por su verdadero nombre Micaela de Luján, parece haber sido una cómica de secundaria categoría aunque debe haberse retirado definitivamente de las tablas desde que comenzó su trato con Lope , mujer del representante Diego Díaz, quien, desde 1596, residía en el Perú, donde falleció a mediados de 1603.

Va dedicada al rey Felipe III. Aún hay aquí alusiones a Lucinda, pero ya frías y sin pasión, como de una cosa que se extingue y perece. Nueve mil reales fué el precio de la casa, que no carecía de comodidades ni de un bello jardín, reposo y contento del poeta.

En 1602 publica Lope en Madrid La Hermosura de Angélica, poema en que aspira a rivalizar con el Ariosto y que, por lo menos en parte, tenía escrito desde tiempos de la expedición a Inglaterra. Sigue en el libro una colección de doscientos sonetos, Rimas, en que están muchos de los de Lucinda, y al final reimprime La Dragontea.

Como el amor es aquel movimiento con que queremos un objeto, que, ó realmente es, ó á lo menos nos parece bueno y agradable; por esto no hay perfeccion, ni bondad que no tenga Lucinda, segun el juicio de Narciso. De suerte, que en siendo semejante pasion desordenada, suele pervertir de mil maneras al juicio; y nada es mas comun en las historias, que exemplos de hombres perdidos por el amor.

La amante del poeta acompañóle durante todo el tiempo de su estancia en Sevilla, y aquí quedó, cuando Lope, en 1601, emprendió un viaje á Madrid y Toledo para evacuar algunos negocios particulares, viaje del que no tardó en regresar al lado de aquella mujer á quien cantaba en sus poesías con el nombre de Lucinda.

En época imprecisa, por este tiempo, entró Lope en íntimas relaciones con la que había de ser madre de sus hijos Marcela y Lope Félix, la Camila Lucinda, tan celebrada en innumerables versos.

Don Quijote, Sancho, Dulcinea, Sanson Carrasco, los Duques, Clara, Dorotea, Lucinda, Cardenio, Altisidora, Maese Pedro, y tantos otros, no tienen antecedentes, y es menester buscarlos con fatigosa diligencia en los archivos, y revelar luego al mundo la interesante verdad de que todos estos personajes vivieron vida real, y fueron bautizados en tal o cual parroquia.