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Actualizado: 5 de junio de 2025
Y a ella le tocó reír después y desmenuzar tan livianos argumentos... El sueño, un sueño dulce y mutuo les cogió, y se durmieron felices... Y ved lo que son las cosas, Juan se enmendó, o al menos pareció enmendarse. Tenía Santa Cruz en altísimo grado las triquiñuelas del artista de la vida, que sabe disponer las cosas del mejor modo posible para sistematizar y refinar sus dichas.
El mismo fragor y cólera. La misma sencillez primitiva en los argumentos. La misma violencia candorosa y bárbara en los dictados. «¡Habrá hombre más pollino! ¡Calla, calla, cabeza de alcornoque! ¡Habló el buey, y dijo mú! Te digo que faltas a la verdad, y si lo quieres más claro, te digo que mientes. ¡Jesús, qué gansada! Parece usted una mala mujer.»
Pero la voz de dentro seguía de este modo: "No sé qué hacer... ¿Por qué no me aplauden?... No me conozco... Yo tenía tantos argumentos... ¿Dónde están?... ¡Ah!
Véase pues como además de la tradicion, tiene el nacimiento de la Santa en el castillo de la ALJAFERÍA, argumentos de probabilidad, fundados en hechos históricos que dan naturalmente esta consecuencia.
También en los libros sagrados y en la literatura clásica encontraba argumentos en su apoyo.
Se podría suponer que el señor Macey, sentado muy lejos del aparecido, gozaba con el triunfo de sus argumentos, triunfos que debían tender a neutralizar su parte en la alarma general. ¿No había dicho siempre que cada vez que Silas Marner tenía un extraño éxtasis, su alma se libraba de su cuerpo? La prueba estaba allí.
Un francés y un inglés, Gobineau y Chamberlain, les han dado los argumentos para defender la superioridad de su raza. Con cascote sobrante de Darwin y de Spencer, su anciano Haeckel ha fabricado el «monismo», doctrina que, aplicada á la política, consagra científicamente el orgullo alemán y reconoce su derecho á dominar al mundo, por ser el más fuerte.
Aquellos argumentos puramente humanos, mundanos, que se podían oponer a Somoza y otros como él, eran lo de menos. Lo principal era mirar si había escándalo en precipitarse y tomar medidas que alarmasen a la opinión. Por culpa de ellos, por culpa de un excesivo cariño, de una extremada solicitud, podían dar pábulo a la maledicencia. ¿Qué esperaban sino eso los enemigos de la Iglesia?
Estos y otros argumentos por el estilo acabaron por convencer al duque que volvió, no a la virtud, pues el camino era demasiado largo para sus viejas piernas, pero sí al vicio elegante. El señor de Sanglié le llevó a uno de los mejores sastres del bulevar, como se conduce un desertor al vestuario del cuartel, que le obligó a endosarse la librea de las gentes de mundo.
Sea de esto lo que fuere, nada agregaria este hecho á los que hemos alegado para demostrar la posibilidad de navegar el Bermejo; y en cuanto á su conveniencia, procuraremos dar á nuestros argumentos toda la fuerza de una verdad demostrada.
Palabra del Dia
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