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Actualizado: 23 de mayo de 2025
Su hija y Lucía la habían cuidado, la habían velado con el mayor cariño y esmero. Los accesos de delirio se habían renovado con largas intermitencias de postración. La cabeza de Doña Blanca se despejó al cabo por completo; pero su estado era digno de lástima: la respiración, corta y anhelante; la voz, alterada y ronca; imposibilidad de estar acostada; necesidad de estar incorporada.
Pero la accion aguda de la quina se dirige especialmente á fiebres intermitentes regulares, de accesos francos; como asimismo á los de toda afeccion que reconozca por causa el miasma palúdico.
De lo que él estaba seguro era del efecto profundo y saludable que en semejante mujer tenían que producir las bellezas del culto el día en que ella las presenciara con atención y dispuesto el ánimo a las sensaciones místicas por aquella excitación nerviosa, de cuyos accesos tantas noticias tenía ya el confesor diligente.
La ansiedad y malestar siguen tambien á las palpitaciones; el bostezo y los calosfríos se presentan por accesos; el espasmo del exófago se une á la timpanitis del estómago, con eructacion y regurgitacion acuosa; estos accidentes se presentan por accesos como otros muchos síntomas.
El peligro que hay, decía, raya en pecado... pero añado, será pecado claramente si no se aplica toda esa energía de su alma ardentísima a un objeto digno de ella, digno de una mujer honrada, Ana. Si dejamos que vuelvan esos accesos sin tenerles preparada tarea de virtud, ejercicio sano... ellos tomarán el camino de atajo, el del vicio; créalo usted, Anita.
Hay dolores simultáneos en partes separadas, ó bien que se cruzan de un lado del cuerpo al otro y de arriba á abajo; algunos se desarrollan en la inmovilidad, ó se agravan, ó vice-versa, se alivian con el movimiento, la impresion del aire frio: los síntomas, vértigos y convulsiones, se declaran por accesos mas ó menos frecuentes; pero todo esto no basta para hallar relaciones entre los síntomas y los ataques de epilepsia, aun cuando se admita como auténtico el síntoma de un poco de espuma en las comisuras de los labios.
Las dósis fuertes no hacen mas que retardar los accesos, mientras que las débiles obran de una manera mas duradera, lo cual es un hecho práctico. En muchos casos se agregan como auxiliares de la belladona, el carbonato de cal, la ignacia, el cobre, etc.
Habria, pues, ligereza al tratar de comparar estos accesos de fiebre observados en tísicos en el último período, y para los cuales no hay lucha posible.
Y cierto día en uno de sus accesos coléricos motivado porque Barragán se había atrevido a leer El Imparcial antes que la criada se lo llevase a él planteó repentinamente la cuestión de confianza. Está visto, doña Mónica, está visto: Barragán y yo no podemos vivir bajo un mismo techo. Uno de los dos tiene que salir de esta casa. Elija usted.
Podeley, cuya fiebre anterior había tenido honrado y periódico ritmo, no presagió nada bueno para él de esa galopada de accesos casi sin intermitencia. Hay fiebre y fiebre. Si la quinina no había cortado a ras el segundo ataque, era inútil que se quedara allá arriba, a morir hecho un ovillo en cualquier vuelta de picada. Y bajó de nuevo al almacén. ¡Otra vez vos! lo recibió el mayordomo.
Palabra del Dia
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