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Actualizado: 1 de julio de 2025


El castillo de Belalcázar es propiedad del duque de Osuna por la incorporacion del condado en la casa de Benavente. El hecho que acabamos de referir está sacado de la Historia m. s. de la ciudad de Córdoba atribuída á D. Andrés Morales que posee la Real Academia de la Historia, Tomo II. pág. 1474 y siguientes.

«La comision tiene la honra de proponer á la Academia: «1° De expresar al señor de Orbigny su alta satisfaccion por el número y la importancia de los materiales y de las observaciones que ha traido de su viage; «2° De declarar que seria utilísimo para la ciencia el que los resultados de este viage se publicasen;

Cuando el muchacho le encontraba en el claustro, pegábase a él buscando conversación, para justificar con estas pláticas su presencia en las Claverías. Luna se asombró al verle allí en tarde de fiestas. Pero ¿no va usted a los toros? le preguntó . Todos los de la Academia deben estar en la plaza.

San Fernando siguió el ejemplo de su antecesor en el trono de Castilla, i de modo alguno oprimió á los hebreos; i así cuando se apoderó de las ciudades principales de Andalucía, concedió permiso á los rabinos que tenian la academia en Córdoba para trasferirla á Toledo, por ser esta ciudad el corazon de España, i porque desde ella se podia derramar con mas facilidad por todos estos reinos el saber de los hombres mas doctos que ilustraban aquellas escuelas.

Los sueños más dorados fueron a sentarse a su cabecera. Soñó que era a la vez rico y honrado y que la Academia francesa le concedía un premio a la virtud de cincuenta mil francos de renta. El lunes por la tarde recibió una carta, levantó su destierro y se presentó el martes por la mañana en casa de la señora Chermidy.

Se cuenta, por último, que donna Olimpia, allá en su primera mocedad, se lució una vez en la academia platónica de Florencia, pronunciando un sublime discurso sobre el amor, que oyó Marcilio Ficino, ya viejo, y quedó embelesado de oírle. Vamos, vamos, no me cuentes más de esa mujer. Basta con lo que has dicho para comprender que es la más desvergonzada de las aventureras.

Erróneo parece, pues, lo dicho por la Academia Española en su prólogo á las comedias de Moratín, cuando asegura que las comedias de capa y espada se representaban con aquellas decoraciones sencillas é invariables, y que, al contrario, en todas las demás se ostentaba mayor lujo escénico.

En el Diccionario de la Academia, como en el de autoridades y en el Tesoro de Covarrubias, castrapuercas: pero en el Trésor de Oudin, «Castra puercos, vn sifflet de chastreur». También se llamaba castrador, y debe tomarlo en cuenta la Academia Española, bajo la fe de Quevedo y Salas Barbadillo.

Asistid como yo he asistido a una elección de Secretario en la Academia de Jurisprudencia, y mediréis su extensión. Al solo anuncio de las elecciones, conmuévese hondamente aquel respetable cuerpo jurídico, preparándose a una terrible y dolorosa crisis.

Palabra del Dia

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