United States or Antigua and Barbuda ? Vote for the TOP Country of the Week !


Es la vida espejismo de sueños y palabras, y su embriaguez me ha puesto amargor en la boca, vomitan el veneno por sus bocas macabras. Filósofo, Poeta, que mirais las cosas tristes de este mundo, uno, muy profundo, con ojos de asceta, y otro, como rosas; los dos en mi vida pusísteis un mal: uno abrió una herida, otro abrió un rosal.

Paso a paso, fuerza y bríos fué mi espíritu cobrando: «Caballero dije o dama: mil perdones os demando; mas, el caso es que dormía, y con tanta gentileza me vinisteis a llamar, y con tal delicadeza y tan tímida constancia os pusisteis a tocar que no » dije y las puertas abrí al punto de mi estancia; ¡sombras sólo y... nada más!

12 E irán las ciudades de Judá y los moradores de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman ellos inciensos, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal. 13 Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses, oh Judá; y según el número de tus calles, oh Jerusalén, pusisteis los altares de confusión, altares para ofrecer sahume-rios a Baal.

Pero apenas me vísteis, bajásteis los ojos como una niña que recibe la primera revelación de amor en la mirada de un hombre; os pusisteis seria y grave. ¡Ah, ah! ¿y creéis dijo con acento ardiente Dorotea , creéis que os habéis entrado en mi alma en el momento en que os he visto?

Juan, escuchadme bien: no quiero que me deis una respuesta arrancada a vuestra emoción. que me amáis... Y si debéis casaros conmigo, no quiero que sea sólo por amor, sino también por razonamiento. Durante los quince días que precedieron vuestra partida, pusisteis tal empeño en huir de , en evitar hasta la más simple conversación, que no pude mostrarme a vuestros ojos tal como soy.

33 Jesús entonces, como la vio llorando, y a los judíos que habían venido juntamente con ella llorando, se embraveció en Espíritu, se alborotó a mismo, 34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dicen: Señor, ven, y ve. 35 Y lloró Jesús. 36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. 37 Y unos de ellos dijeron: ¿No podía éste que abrió los ojos al ciego, hacer que éste no muriera?

los dos en mi vida pusísteis un mal: uno abrió una herida, otro abrió un rosal. Tu verdad, asceta, hizo de mi vida un inmenso crial; tu llanto, poeta, hizo de mi herida brotar un rosal. Sonríe, poeta del dolor, sonríe; ya tu ensueño de amores ha triunfado en una luminosa apoteosis al pié del tabernáculo.