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De noche, con este disfraz, va á caza de víveres: óyesele y se reconoce al peregrino al ruido que mueve con su concha, pues sólo consigue arrastrarla cojeando y dando tropiezos. Otros, en fin, más honrados, descorazonados del movimiento y de sus luchas con el mar, prefieren la tierra, no tan aguerrida y agitada.

Refugiado Corralat en un fuerte inexpugnable, en el que se hallaba en crecido número su gente más aguerrida y fiera, es atacado de nuevo por Corcuera, dispuesto a ultimar la empresa que había meditado, sin arredrarse por la posición inexpugnable del enemigo; 26 muertos y 80 heridos le costó al Ejército el primer ataque sin conseguir ventaja alguna.

Confesó entonces Ratón Pérez que no se había determinado á emprender aquella expedición, sin garantir suficientemente con aquella aguerrida escolta de Cazadores ligeros la persona del joven monarca que con tanta nobleza se le confiaba. De repente vió el rey Buby que desaparecía la vanguardia entera por un estrecho agujero, que dejaba escapar reflejos de tenue luz.

Cubrían el centro de la nave los atezados marinos de Southampton, gente aguerrida toda, armada con hachas de abordaje, mazas y picas. Su jefe el capitán Golvín hablaba con el barón á popa, escudriñando ambos el horizonte y vigilando el velamen y los dos timoneles. Dad orden, dijo el barón, de que ningún soldado ni marino se deje ver hasta que el clarín les mande tender los arcos.

Y mas adelante, que será necesaria tropa para hacer este descubrimiento, porque no duda que se ha de oponer mucha indiada, que es gente aguerrida, y que conoce sus terrenos.

Como si el enemigo hubiera oído ó adivinado las palabras del intrépido jefe, alzóse entonces en todo el valle y en las cumbres vecinas el grito de venganza y exterminio de aquella raza aguerrida, que llevaba siglos enteros de lucha con los árabes y que preparaba el anonadamiento de otro puñado de invasores, no menos odiados que los sectarios de Mahoma.

Hallábase en lo mas crítico de su peroracion, cuando sonaron de repente los tambores que anunciaban la entrada de la caravana de mercaderes en la ciudad; y todos entonces, escepto doce fieles de tenaz y aguerrida, abandonaron el templo dejando al predicador con la palabra en la boca.